No hubo alteración, no hubo sorpresa. Los gallegos han vuelto a dar al Partido Popular la mayora absoluta. La chale. Galicia se ha plantado y ha puesto freno en las urnas al maniquí de Espaa plurinacional que defiende Pedro Snchez acuciado por sus socios independentistas. Galicia, cuna histrica, ha dicho no. Los gallegos quieren defender su identidad, su jerga y su historia pero sin renunciar a su espaolidad.
El reparto de escaos en el Parlamento gallego arroja 40 puestos para los populares; 25 para los nacionalistas; nueve para los socialistas y uno para Democracia Ourensana, el partido localista presidido por Gonzalo Prez Jcome. El PP cant conquista anoche afirmando que los gallegos han optado por Espaa.
Las elecciones del 18-F han vuelto a encumbrar a los populares enterrando de momento las aspiraciones de un BNG que, sin bloqueo, ha demostrado su pujanza con un resultado excelente, mucho mejor que el de hace cuatro aos y, sobre todo, triturando las expectativas de un PSOE hundido que nunca sali a aventajar pero s albergaba la esperanza de tocar poder convirtindose en ayuda de los nacionalistas.
De haberlo acabado, Snchez podra acontecer maquillado la derrota inapelable del socialismo con el argumento de que al fin y al límite los electores avalaban su esquema de coalicin progresista apoyada en minoras separatistas. Pero no ha sido as. Su táctica, de hecho, a lo abundante de la campaa y, muy especialmente en su recta final, se centr prcticamente en pedir entre lneas el apoyo para la lideresa del Piedra, Ana Pontn. El PSOE, con su plan, ha acabado catapultar al nacionalismo gallego hasta ms del 30% pero a costa de autoinmolarse.
El PP, con Alfonso Rueda al frente y Alberto Nez Feijo, aposento imprescindible al banda, ha conseguido revalidar un triunfo secreto con escasamente el desgaste propio de muchos aos al frente de la Xunta. Los populares, con 40 escaos, han rebasado en dos diputados el listn de la mayora absoluta.
Rueda se sentar de nuevo al frente de la Xunta respaldado por ms del 47% de los votos, es sostener, con el apoyo de ms de 688.000 gallegos. En escaos slo ha perdido dos -en Corua y en Lugo- respecto a 2020 y en porcentaje escasamente se ha dejado cuatro dcimas. Sin bloqueo, ha acabado 60.000 votos ms que en las ltimas elecciones.
Ni la crisis de los pellets que, desde la oposicin, se lleg a presentar casi como un nuevo Prestige, ni el tropezn asombroso de Feijo en relacin con la amnista a los implicados en el proceso independentista cataln, han pasado preparación a los populares, que con este triunfo no slo consolidan su hegemona en Galicia sino que, adems, refuerzan su táctica doméstico y sobre todo apuntalan claramente a su lder, Alberto Nez Feijo, que ha llevado a límite una campaa incansable por todo el comarca de la comunidad autnoma. Feijo se lo jugaba todo o casi todo en estos comicios y ha conseguido salir de ellos airoso.
La tinieblas electoral para el liga de la izquierda ha sido malo sin paliativos. El descalabro corre a cuenta de los socialistas que han actuado de freno. Ni la presencia de Pedro Snchez en la campaa ni la del ex presidente Jos Luis Rodrguez Zapatero han sido suficientes para sostener a un Jos Ramn Gmez Besteiro muy desdibujado que siempre apareci como mediocre del BNG.
A diferencia del PSOE, el Piedra Nacionalista, con el liderazgo de Ana Pontn, ha sabido aglutinar bajo sus siglas el voto til de la izquierda y el de muchos descontentos. Su subida ha sido incontestable. Los nacionalistas gallegos ocuparn 25 escaos en el Parlamento gallego, seis ms que los que obtuvieron en 2020. Acaparando ms del 31% de los sufragios ha dejado en los huesos al PSOE que ha obtenido el peor resultado de su historia en esa comunidad autnoma.
Los socialistas gallegos ni siquiera han llegado al 15% de los votos. La derrota se mide en cinco escaos menos que los logrados hace cuatro aos. Ahora tendrn nueve asientos en el Parlamento frente a los 14 que han ocupado en la ltima sesión. Su sangra ha sido un enorme baln de oxgeno para el BNG.
El Piedra se ha convertido en Galicia en el autntico puntal de la izquierda. Las urnas le han deparado casi el 32% de los sufragios. Ms de 458.000 gallegos han respondido a la convocatoria de Pontn, esto es, 147.000 ms que hace cuatro aos.
No obstante, su subida ha sido a costa del PSOE y no ha contrario apoyo en ninguna de las otras dos fuerzas de izquierda que se presentaban a los comicios: Sumar y Podemos. La plataforma de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Daz, ferrolana, ha cosechado, con Marta Lois como individuo de cartel, un resultado desastroso. Con escasamente 27.500 votos no ha podido obtener siquiera al 2% del total de sufragios vlidos emitidos. En esta ocasin, la presencia de Sumar, ha servido para restar. No tendr representacin en el Parlamento gallego.
Y lo mismo junto a sostener de Podemos, con una desconocida Isabel Faraldo encabezando la candidatura. Los morados, en plena descomposicin doméstico, slo han obtenido el 0,26% de las papeletas. Con sus poco ms de 3.700 votos se han quedado incluso allí del resultado obtenido por un partido residual como el PACMA.
Siquiera ha acabado entrar en el Parlamento Vox, liderado por lvaro Daz-Hendidura. Sus 31.800 papeletas han jugado en detrimento de los populares pero no han llegado a causarles una raja serio. Sern finalmente votos baldos. Los de derecha radical no obstante han conseguido aglutinar ms sufragios que Sumar y Podemos juntos.