En dichas actas, los agentes relatan que el primer problema que encontraron fue que la boca de incendios del pasillo de la primera planta, donde se iniciaron las llamas, no proporcionaba a los bomberos presión de agua. “Los agentes observan en el pasillo principal de la primera planta una boca de incendio equipada (BIE), por lo que proceden a desplegarla para poder accionarla. Uno de los agentes se dirige a la habitación origen del incendio para sofocarlo. Al accionarla, observan cómo a los pocos segundos la manguera pierde presión. Al tratar de reactivarla, sigue igual. El manómetro marca 0 bares, habiendo perdido toda la presión”, cuentan.
Esto supone que los agentes tuvieran que utilizar extintores que ellos mismos llevaron hasta allí, puesto que los del geriátrico ya habían sido utilizados por los trabajadores. Aún así, en ese momento no pudieron entrar en la habitación incendiada por la puerta “adecuado al gran calor que se desprende de ella, a la gran cantidad de humo y la nula visibilidad“.
Los policías nacionales hicieron batidas para tratar de encontrar a residentes, evacuando en brazos y con dificultad a algunos de ellos, “que estaban en las camas adecuado a su destacamento años y escasa movilidad”.
Al final, los funcionarios consiguieron entrar en la habitación foco del fuego accediendo a través de la terraza, forzando la persiana y la ventana corredera. En su interior encontraron a dos personas que compartían una cama individual y presentaban quemaduras en todos su cuerpo. Una de ellas ya había fallecido y a la otra se encontraba en estado crítico, que murió horas a posteriori.
El relato policial cuenta que, tras ello, empezaron a presentarse efectivos del Samur-Protección Civil y el Summa, quienes proporcionaron socorro médica a los heridos. Los Bomberos del Consistorio del Parque 9 ayudaron a los agentes para rescatar a más ancianos.
Puertas de emergencia bloqueadas
Este es un aspecto que puede resultar secreto en la investigación de los hechos. Los policías nacionales señalan que en la segunda planta de la residencia, que es donde se refugiaron muchos de los usuarios del centro, había una puerta de emergencia de salida al exógeno que “se encontraba bloqueada”. En la primera planta incluso había otra puerta de emergencias de salida al exógeno que “incluso se encuentra bloqueada”.
Siquiera había luces de emergencia en ninguna estancia, tal y como recogen los documentos policiales, y el pulsador de alerta de incendios no emitía ninguna señal luminosa ni acústica al ser accionado, de forma que “todo esto dificulta las labores de defecación y rescate de los residentes”.
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