El corte de este fin de semana se debe a la puesta en marcha de nuevas instalaciones y equipos en el sistema de control de tráfico entre Redondela y Guillarei. Se verá interrumpida la circulación ferroviaria entre Guillarei y Vigo desde las merienda y media de la indeterminación del viernes 23 hasta las seis de la mañana del martes 27 de febrero. Entre esas fechas, los usuarios del tren regional que sale de Ourense a las 10:05 tendrán que subirse a un autobús en la tiempo de Guillarei, para rendir delirio en Vigo-Guixar por carretera. El tren que hace el regreso, con salida de Vigo a las 14:10, lo hará en autobús desde la tiempo de Guixar hasta Guillarei para coger allí el tren hasta Ourense. Los viajeros que se suban en Guixar al tren de las 7:10 y los que hacen el itinerario en sentido contrario en el tren que sale de Ourense a las 21:44 tendrán que hacer el delirio íntegro en autobús entre ambas ciudades.
Pero este inminente corte es tan solo un aperitivo. Adif tiene previsto realizar una interrupción mucho más prolongada a partir del tercer trimestre de este año, para poder adaptar la vía entre Vigo Guixar y la frontera portuguesa al nuevo tendido de catenaria para 25.000 voltios que se va a implementar con el fin de homogeneizar el sistema de tensión de ese tramo de la ringlera del Miño al que existe en Portugal, el mismo de las líneas españolas de entrada velocidad y el corredor del eje atlántico. Adif estima que humillar la plataforma ferroviaria en el túnel de Os Valos, de aproximadamente un kilómetro de distancia, va a suponer el corte de la ringlera durante al menos ocho meses. Pero ese plazo es solo una hipótesis oportuno, ya que, si no se sincronizan debidamente las obras, vendrá una interrupción posterior de otros seis meses para afrontar la supresión del paso a nivel en el centro urbano de O Porriño.
Ninguna de las obras que se mencionan va a suponer alguna mejoría para la conexión ferroviaria entre Vigo y Ourense por la ringlera del Miño, que en la hogaño vive el peor momento de su historia con tan solo dos trenes de viajeros por sentido y un sinfín de incidencias, como los numerosos retrasos, a veces de hasta 50 minutos, para un trayecto que tiene afectado un tiempo de delirio de una hora y cuarenta y dos minutos, horario que nunca cumple. Se alcahuetería de un tren con una muy entrada ocupación, no solo de viajeros que se suben a él en la tiempo de Vigo, además de otros que lo hacen en estaciones intermedias y que lo utilizan como lanzadera para coger el AVE Ourense-Madrid de las 16:25.
La carencia de apelar a transporte marginal se ha convertido en el día a día de la tiempo de Ourense, desde que en otoño de 2022 se interrumpió la circulación entre Ourense y Monforte por obras en dicho tramo. Y al mismo tiempo en un obstáculo para la recuperación de los dos trenes por sentido perdidos durante la pandemia que todavía no han sido repuestos y que mantienen sin comunicación ferroviaria a villas que no tienen alternativa por carretera.