Séptimo juicio a un joven ourensano por asediar a la mujer que fue su pareja



En los tres juzgados de instrucción de la ciudad, la Fiscalía de Violencia de Género, los dos juzgados penales y en la Unidad de Atención a la Familia y a la Mujer (UFAM) de la Comisaría no hay nadie que no conozca la historia de desamor de Jonathan DR (33 años). y su expareja. Mantuvieron una relación afectiva de dos años, incluso llegaron a vivir juntoshasta que en 2020 y, en plena pandemia, todo salió mal y comenzó la seguidilla de denuncias.

Desde entonces, ha sido juzgado hasta en siete ocasiones por asuntos relacionados con violencia machista, la mayoría de ellas por incumplimiento de órdenes de alejamiento o de comunicación con la víctima, pero también por malos tratos o incluso acoso. En enero de 2023 volverá a sentarse en el banquillo. Sus pruebas duran horas o incluso días. (la de ayer duró de 10:45 a 15:20).

A día de hoy tiene en su haber tres condenas condenatorias: una firme, otra recurrida ante la Audiencia Provincial y una tercera pendiente de indulto. Y muchas otras absoluciones. Su abogado menciona que hubo otras ocho denuncias que no llegaron a juicio porque fueron archivados durante la investigación.

En todas sus comparecencias, el investigado no sólo niega los delitos que se le imputan, sino que se presenta como víctima de una mujer a la que considera tóxica: dice que es ella quien lo busca y alude a la factura personal que le cobran las denuncias ( arrestos) le causaron. y procesos penales, independientemente de las condenas. Cambió de dirección hasta cinco vecespérdida de empleos e incluso pérdida de prestigio social. Fue delegado de Amnistía Internacional en Galicia y presidente del club deportivo Fontefría (Muíños).

Pero la víctima, por su parte, describe una historia muy diferente. El abogado que la representó en el juicio celebrado ayer en el Penal 2 por violación a la medida cautelar aseguró que vive presa del “pánico y el terror”. “El miedo de la víctima no es baladí, porque está completamente obsesionado con ella”, afirmó Virginia Villar. E incluso ella recordó que sigue recibiendo ramos anónimos.

El fiscal y la acusación particular hablaron ayer de múltiples violaciones por supuestamente no respetar la orden de protección dictada por el Juez de Instrucción 3 de Ourense el 6 de mayo de 2020 y que amplió la distancia de seguridad, respecto a una anterior, a 500 metros. En la misma orden se acordó la implantación de un brazalete de control telemático. Las acusaciones enumeran hasta 15 incidentes por acceder a la zona de exclusión fija a lo largo de 2020 y 2021, aunque con una incidencia especial en abril del año pasado. Respecto a los incidentes por el ingreso a la zona de exclusión de móviles, la acusación del fiscal recoge un total de 30. Hubo uno, el del 6 de noviembre de 2020, que centró buena parte del juicio. La denunciante estaba en Bande, porque a veces iba a Tourón, donde vive su actual pareja, y se detenía en un cajero automático. Ella afirma que vio a Jonathan en el auto siguiéndola.. Admite que lo pararon en un semáforo y al darse cuenta de que ella estaba allí acudió al cuartel de la Guardia Civil para denunciar el percance. De hecho, al realizar las comprobaciones necesarias, los agentes le detuvieron. Según la abogada defensora, María Álvarez, no tiene sentido “que vaya al puesto si quiere aterrorizarla”. Y recuerda que en Penal 2 ya lo absolvió por algo similar.

Respecto a las alertas recibidas en el centro Cometa por ingreso a zona de exclusión, el imputado explicó que Estaba haciendo las prácticas de un curso en una ambulancia y se movía por toda la ciudad y que no fueron notificados por ser de corta duración. Los 500 metros -valoró Álvarez- suponen una distancia muy difícil de respetar en una ciudad pequeña como Ourense.

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