Le Barbier fue una de las primeras barberías en tomar esta medida. “Desde hace un año cobramos el 50% del servicio a los clientes que piden cita y no se presentan ni la cancelan con al menos una hora de prelación”, explica Juan Martínez, uno de los propietarios.
“Utilizamos una aplicación para hacer las reservas y llamamos a los clientes para confirmarlas. Por eso frente a el aumento de plantones decidimos tomar medidas. A los clientes nuevos les damos un ganancia de confianza, así que la primera vez que no acuden a la cita, no lo tenemos en cuenta. Eso sí, a partir de ahí, si vuelve a arreglar sin avisar o sin explicar, le cobramos la medio del coste del servicio reservado”.
Otros centros optan por pedir una señal
En otros centros, en cambio, han optado por pedir una señal “para evitar pérdidas de tiempo y de patrimonio”. Es el caso de The Nails Spa. Su propietaria, Daniela Romero, incluso lleva un año poniendo freno a las reservas sombra. “Empezamos a notar que en temporada reincorporación cuando aumentan estas reservas, porque no son nuestras clientas habituales sino las que llegan a la ciudad de fuera. Llaman y piden cita para hacerse muchas cosas a la vez, manicura, pedicura, maquillaje, algún tratamiento estético… son servicios que llevan mucho tiempo de trabajo, dos o tres horas de duración, y eso nos hace sospechar. Así que avisamos a las clientas de que tienen que entregar una señal que puede ser del 20% o el 50% del precio total. Les damos un día o dos para venir por aquí a abonar la señal y si no lo hacen, cancelamos la cita”.
Estas son algunas de las medidas que han empezado a adoptar muchos salones de belleza y peluquerías en la provincia de A Coruña.
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