El corregidor de Badalona, Xavier Garcia Albiol, alertó ayer que el caso de los edificios desalojados en el arrabal del Raval de Badalona, pone de relieve una situación bajo que puede aplicarse a cientos de viviendas del radio metropolitana de Barcelona, de la misma época de construcción y con idéntica tipología de materiales utilizados en el sillar siniestrado de la calle Canigó, por lo que advierte que “nos encontramos con una problemática de una magnitud importante”.
En este sentido, la empresa que ha contratado el Comunidad de Badalona para tolerar a extremidad las inspecciones a fondo de los bloques ubicados en la manzana comprendida entre las calles Canigó, Àusias March y Llefià, intervino en la investigación del hundimiento de un sillar en el Turó de la Peira de Barcelona el 11 de noviembre de 1990, en el que falleció una persona y varias resultaron heridas de importancia. Hasta el año 2004 un total de 11 manzanas con 142 edificios fueron totalmente rehabilitados y se derribaron. En su área se volvieron a construir 54 edificios.
Muchos edificios de los primaveras 50 se construyeron en plena crisis del hierro
Si correctamente la causa del dramático casualidad de Barcelona fue a causa de la aluminosis, en Badalona no es el caso. Sin retención, tanto el corregidor Albiol, como el concejal de Región y Sostenibilidad, Daniel Garbo, ponen en alerta que los dos casos guardan cierta similitud porqué los edificios eran de la misma tipología, construidos a finales de la decenio de los primaveras 50”en plena crisis del hierro” que redujo al pequeño este material en la construcción, con principios muy utilizados en la época como el material cerámico. Precisamente, el estado de los materiales cerámicos, que se obtienen con arcilla cocida, tales como ladrillos, tejas, pavimentos y revestimientos, muy habituales en las obras de mediados del siglo XX, son los que analizan con detalle los técnicos especialistas.
Bajo estas premisas, el corregidor de Badalona sugiere la escazes de replantear las inspecciones obligatorias. En este sentido, destaca que el edificio de la calle Canigó número 9, que colapsó el pasado seis de febrero provocando tres víctimas mortales, tres vecinos que en aquel momento se encontraban en el punto que parcialmente se desplomó, en torno a pocas semanas que había recibido el certificado de “apto” al favor superado la Inspección Ténica de Edificios (ITE) obligatoria. Este tipo de inspecciones son visuales y, en el caso de Badalona, sólo se realizó a 12 de la viviendas, por lo que no pudo detectar las patologías más graves que a menudo se ocultan bajo los falsos techos. Por este motivo, el curia número 1 de Badalona mantiene abierta la investigación con los peritos forenses para dirimir las causas del hundimiento.
Un vecino con sus pertenencias en la calle Canigó
Los técnicos contratados por el Comunidad, analizarán al detalle los pisos que previamente los Bombers de la Generalitat han apuntalado para evitar cualquier desprendimiento. Por el momento, se centran en el sillar número 5, que contiguo al 7 y 11 asimismo han sido desalojados para estudiar con más profundidad si alguna estructura interna, tipo paredes medianeras, han sido modificadas. En otra fila de investigación se centran en la calidad de los materiales empleados y en los posibles sobrepesos en las azoteas al habilitar almacenes y habitaciones, o correctamente la construcción de chimeneas. Toda una serie de factores que se incorporan a la investigación.
Albiol aseguró ayer que “la ITE “puede servir para edificios relativamente nuevos, con 10 o 15 primaveras de decrepitud, pero no en viviendas de hace 70 primaveras” donde es esencia tolerar a extremidad un observación en profundidad de los principios estructurales.
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