“No pagó ni un mes desde que entró”


Manuel Bolaño, vecino de Laioso (Vilar de Santos), sufre insomnio y ansiedad desde septiembre. Ese mes, su mujer, Aisa Tineo, y él decidieron arrendar su firme del número 11 de Manuel Murguía (en la ciudad) a una muchacho, Dounia F.H. “En la inmobiliaria vieron que trabajaba en una residencia de mayores, parecía seria, responsable y agradable, y dimos el paso”, cuenta Bolaño. Nunca habían alquilado la vivienda, de la que todavía pagan la hipoteca, y pensaron que era una buena idea: los ingresos del arriendo podrían hacer más soportable su día a día. 

La inquilina pagó la fianza previa a entrar en el firme, pero el día que le entregaron las llaves, empezó la pesadilla. “Nos había dicho que era soltera, y ese día llegó acompañada de su marido. Ahí ya nos dijo que no nos iban a sufragar ni un mes, que iban a radicar gratuito en nuestra casa. No nos lo podíamos creer”, dice Aisa Tineo. Dicho y hecho: la mujer no ingresó ni una sola de las mensualidades. “Nos debe más de 4.000 euros de todos estos meses”, apunta. “Nosotros nos hemos quedado sin ir de holganza para economizar moneda y ahora viene una persona a hacernos esto, no hay derecho”, lamenta Bolaño. 

Manuel Bolaño y Aisa Tineo (Martiño Pinal).

Al principio, intentaron apañarse una posibilidad hablando con conocidos de la clan de Dounia. “Les contamos lo que pasaba y les pedimos que la convenciesen para que pagase o se fuese, pero no lograron que entrase en razón”, recuerdan. Posteriormente de meses haciendo frente a sus continuos impagos, la situación los obligó a venir a la Probidad, y por fin lograron una orden de desalojo. “Si no nos pagan y no se van del firme, a mediados de marzo irá la Policía Franquista a desalojarlos”, explican. Pero aunque cuentan con una data tope, les preocupa el estado en el que se encontrarán el firme. “Nosotros tenemos amueblada esa casa, todos los muebles son nuevos, y no sabemos en qué estado los van a dejar antiguamente de que vaya la Policía, tenemos miedo de que nos destrocen todo y que, encima de todo esto, tengamos que sufragar una reforma. Es una vergüenza que haya parentela así en el mundo”, aseguran. 

Temen que el suyo no es el único pufo de Dounia como inquilina en pisos de la ciudad. “Creemos que ella y el marido ya vienen de radicar en otras viviendas en las que siquiera pagaron ni una mensualidad. Debería sobrevenir un registro de este tipo de impagos para que esto no les vuelva a acontecer a más arrendadores”, señalan. 

Molestias en el edificio

Encima de no sufragar el locación, Dounia y su marido causan continuas molestias en el edificio desde que empezaron a radicar en el firme, según aseguran Bolaño y su mujer. “Nos han llamado los vecinos varias veces para decirnos que hacen mucho ruido y que tiran basura a los pisos de debajo. Pero nosotros no podemos hacer nulo, ya les hemos dicho que tienen que vocear a la Policía para apañarse soluciones”, relatan. “Un día, tenían una bici molestando en los espacios comunes del edificio, y les pedí que la quitasen. Al rato la sacaron, y nos consta que luego fueron a venderla a una tienda: era robada”, explica Bolaño. 

El enlace cuenta los días para el desalojo, y para que esta pesadilla termine: “No es encajado que sucedan estas cosas, que vivan en tu propiedad, no te paguen y no puedas hacer nulo para sacar a esa parentela”.

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