Familias canarias que acogen a inmigrantes en el Hierro: la cara amable de la crisis migratoria




En El Hierro se viven historias dramáticas con la inmigración pero igualmente historias de auténtica solidaridad.

Teseida y Gilberto son un coyunda que lleva 10 primaveras acogiendo a menores no acompañados que llegan a Canarias y adicionalmente los dos son voluntarios de protección civil y dedican su tiempo fugado a ayudar en el Centro de Atención Temporal para Extranjeros. En noviembre recibieron el aviso de que habían llegado en cayuco a Tenerife dos niños de 9 y 12 primaveras y los acogieron en su casa. Son Adama y Baye, dos hermanos senegaleses que nos reciben cantando ‘la Macarena’ y merendando tostadas con mermelada.

“Están viviendo cosas que no vivían en Senegal”, dice Teseida. En un castellano casi valentísimo, los niños nos cuentan que son uno del Madrid y otro del Barça. “Una de las preocupaciones que teníamos para la acogida era el idioma, pero nos llevamos una grata sorpresa”, cuenta Gilberto. En los tres meses que pasaron en el centro de menores los niños aprendieron rápidamente y se han adaptado a la perfección en el colegio. Estarán con ellos un insignificante de dos primaveras, que podrán ser prorrogables incluso hasta su mayoría de momento.

Mantienen el contacto por videollamada con su clan de Senegal, cada uno con su mama, ya que son hermanos de padre, y con sus abuelos y el resto de hermanos. Teseida no quiere preguntarle mucho a los niños por la travesía en el cayuco, pero un día fueron al parada de La Estaca y había llegado uno, y los niños comenzaron a explicarle todo. Le contaron donde iban ellos colocados en el alucinación, donde hacían la comida… El maduro, Adama, le contaba que él está más acostumbrado a navegar porque salía con su padre a pescar, pero que Baye, lo pasó peor porque se mareaba, vomitaba y lloraba mucho.

Cerca del parada de La Restinga, en el Restaurante Casa Juan, nos encontramos con otra historia. Tama Doucouré es un tierno de Mali de 23 primaveras que llegó el 25 de diciembre de 2020 en cayuco a El Hierro en una durísima travesía de 8 días, 3 de ellos sin comida ni agua. En el centro de acogida de Cruz Roja conoció a la que es su mama de acogida, Lorena. Ella llevaba comida de su restaurante al centro: “Todos querían la comida de ‘mamá Lorena’ porque la llevaba caliente. El chocolate, la cuajada y gofio…”, recuerda Lorena.

Creó un vínculo peculiar con Tama, porque era el único que hablaba castellano, lo introdujo en su clan, y cuando se lo llevaron a un centro en Tenerife todos lloraron al separarse. A posteriori a él lo trasladaron a la península y siguieron en contacto: “Yo le dije: Tama, ¿tú te quieres venir conmigo?, y me dijo que sí”. Le ayudó con los papeles, le dio trabajo y casa y se lo trajo de revés a El Hierro. “La vida en El Hierro me gusta mucho, espero estar siempre aquí”, nos dice Tama.

Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y no te pierdas la última hora y toda la hogaño de antena3noticias.com.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *