La Operación Gominola no podía tener mejor nombre: estas chucherías fueron el cebo utilizado por una pareja de delincuentes para ganarse la confianza de al menos cinco taxistas que fueron asaltados en pleno trayecto durante la primera quincena de agosto. Han sido arrestados por el policia nacional y sólo el hombre ha entrado en prisión.
Ambos sujetos son novios y drogadictos, precisan fuentes policiales. En 27 horas cometieron nada menos que tres robos violentos contra estos profesionales, siempre de madrugada.
En aquellos primeros eventos el recorrido era siempre el mismo. Tomaron un taxi en el distrito Centro de la capital madrileña y pidieron que los llevaran a Moratalaz.
Durante el recorrido, la mujer de 24 años, española como su pareja, ofreció gominolas al conductor para ganarse su confianza. Así, en un ambiente aparentemente distendido, cuando iba a terminar la carrera, el detenido sacaba un cuchillo o unas tijeras y se los ponía en el cuello al taxista, obligándole a entregarle todo el dinero de la recaudación.
Su necesario colaborador, que no ha sido encarcelado, también se llevó todo lo de valor que llevaba el hombre, desde oro hasta un reloj, cartera, teléfono… Y huyó del lugar.
Así actuaron en los otros dos casos, unos días después, en apenas 24 horas, saliendo únicamente del Centro hasta Puente de Vallecas. El hecho de que las cinco denuncias se presentaran en comisarías de policía diferentes dificultó un poco la investigación.
El caso cayó en manos del Grupo XIII de la Brigada de Policía Judicial de Madrid, especializado en robos, que pronto estableció una pauta de actuación y desempolvó los antecedentes de posibles autores.
Cazado ‘con las manos en la masa’
Hasta que el 16 de agosto detuvieron al atracador, de 30 años y también español, cuando precisamente asaltaba en solitario a otro taxista, en Centro. Su compañero cayó, tras un dispositivo de vigilancia, cinco días después, también en Madrid.
Ambos tienen un historial criminal muy extenso, no sólo por robos con violencia e intimidación, sino también por robos con fuerza, malos tratos (ambos) e incluso fraude en su caso, ya que compró con las tarjetas de crédito que robó.
En la investigación también ha colaborado la comisaría de Moratalaz.