En Abegondo, frente a el Fabril, otra muestra. Vencimiento por 1-3, dejando una gran imagen, mostrando una reflexión, asimilar estar, control de los partidos y eficiencia, defensiva y ataque que hacen pensar que el progreso directo no es una quimera. A mayores, el Pontevedra cayó frente a el Zamora por 1-3, y los de Rubén Domínguez vuelven a acomodarse el liderato.
Había avisado el técnico Rubén Domínguez que quería que su equipo diera un paso más como visitante, que llevan un 6,5, pero que necesitaban un trascendental. Pues le hicieron caso al pie de la composición y incólume unos minutos de “laxitud”, rozaron el sobresaliente.
Dominio categórico
La puesta en cuadro y toda la primera parte de los ourensanos fue perfecta. Dominio categórico que cerraron con dos goles. El primero, del debutante Gonzalo Di Renzo a la media hora, al exprimir un rechace del meta Ríos, tras un gran disparo de Alberto Gil. El segundo en el 43 tras una envite de tiralíneas. Empezó con lanzamiento de puerta de Marqueta, tocó Di Renzo, prolongo sin mirar Alberto Gil, profundizó por costado Hugo Sanz y remató de primeras Álex Gil a la escuadra. Inútil hacerlo mejor. Y aún tuvo tiempo Facu Ballardo para mandar una yerro a la escuadra y Jerin para hacer un buen remate que detuvo el meta fabrilista. 0-2, a vestuarios y todo valentísimo.
La segunda ya fue otra historia. Siquiera era frecuente el dominio insultante de los de Rubén Domínguez y jugando como visitantes. El Fabril sacó el orgullo y los ourensanos se dejaron ir. Y ya se sabe que si aflojas te aprietan. Fue lo que hizo el equipo de Óscar Gilsanz, que tuvo tres buenas ocasiones. Alfaro remató hacia lo alto, Kevin Sánchez obligó a Marqueta a demostrar su clase y Nájera probó con un disparo raso que detuvo de nuevo el meta ourensano.
La sentencia
Pero los de Oira no dan muchas concesiones. Se volvieron a meter en el partido y perdonó el 0-3 Jerin, que solo frente a la puerta la mandó hacia lo alto, luego de que Álex Gil obligara al defensa Puerto a sacar su disparo cuando se colaba.
Y en el 70 la sentencia definitiva. Centro medido de Alberto Gil desde la izquierda y morrada valentísimo del debutante Gonzalo Di Renzo y partido finiquitado. ¡Qué iniciación del argentino!
El internacional Kevin Sánchez marcó el del honor para los locales con un buen disparo en el 75, ayer de ser expulsado fruto de la impotencia, del querer y no poder.
Vencimiento de equipo magnate y otra clase superior de un líder que ya no es sorpresa. Va a por todas.