los vecinos con pozos de agua ofrecen sus casas a otros para asearse


El domingo por la noche, la riada provocada por la DANA atravesó y arrasó Yunclillos, una localidad toledana de unos 850 vecinos que sigue sumida en el barro después de casi tres días. “El arroyo con un caudal de unos 60 metros de ancho encontró un cauce subterráneo de apenas dos metros y medio, que lo reventó todo y el agua subió más de dos metros en la plaza”, explicó a torrevieja news today su alcalde, Manuel. Zamarreño.

Decenas de casas bajas de dos pisos se inundaron en un cuadrado de un kilómetro de largo por cincuenta metros de ancho. “La mitad del pueblo es la plaza”, dice gráficamente el alcalde de un municipio donde la farmacia, el consultorio médico, la tienda de alimentación y los dos bares han quedado devastados. “Nos hemos quedado sin nada”, resume Zamarreño. “Teníamos un río Tajo atravesando el pueblo, con unos 700 metros cúbicos por segundo”, dibuja Joaquín Romera, concejal del Ayuntamiento y vicepresidente de la Diputación de Toledo.

No hay que lamentar ningún daño personal “Porque íbamos a sacar a mucha gente, sobre todo gente mayor, la primera noche y un chico de una casa rural acogió de forma altruista a algunas personas”, comenta Zamarreño.

Hay vecinos, la mayoría mayores, que han abandonado el pueblo para vivir con familiares, como en Madrid, Getafe o Leganés, mientras que otros se quedan en Yunclillos acogidos por otros familiares.

Esta localidad es una de las afectadas por la falta de suministro de agua del embalse de Picadas. Como no tienen ni para ducharse, vecinos con pozos ofrecen sus casas a otros para que se aseen, dice el alcalde por teléfono mientras ayuda a distribuir agua potable. “El restaurante El Bohío de Illescas y Aqualia nos han traído agua para beber”, continúa Zamarreño, que también ha abierto sus puertas a personas que necesitan asearse porque su casa tiene pozo. «Es muy triste todo, pero no queda otra. Y todos los vecinos se están poniendo patas arriba”, añade orgulloso el alcalde.

También están respondiendo ciudadanos del entorno, como Pablo Fontelos, ganadero de Lominchar que ha traído maquinaria para retirar barro y escombros. Pero en Yunclillos faltan contenedores para llevar muebles inservibles a puntos de limpieza que la gente está saliendo a la calle, algo que también están aprovechando los chatarreros.

El Ayuntamiento ha pedido ayuda a todas las instituciones posibles y al Ejército. “Hemos solicitado ayuda a la UME (Unidad Militar de Emergencias) y estamos a la espera de que la Delegación del Gobierno (de Castilla-La Mancha) lo autorice o no. Necesitamos toda la mano de obra posible.» alega Zamarreño.

En estos momentos, treinta militares del cuartel madrileño de El Goloso, compañeros de un vecino de Yunclillos, ÉL Se han presentado este miércoles voluntariamente en la localidad para ayudar en las tareas de limpieza. “Estaba llamando y viniendo”, dice el alcalde.

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