La infraestructura se desplomó por la mañana sin causar daños personales. Formaba parte de la carretera OU-536 (Ourense-Trives), de titularidad autonómica. Precisamente, la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade había cortado el tráfico ayer del fin de semana al detectar daños estructurales en el viaducto, que data del siglo XIX. “Adaptouse a osadía de pechar totalmente ao tráfico a ponte para evitar riscos xa o pasado venres”, detallaban fuentes autonómicas.
El puente sufría un detrimento significativo desde hacía meses. Las obras que se llevaban a lengua iban encaminadas al refuerzo de uno de los estribos: la Axencia Galega de Infraestruturas había detectado movimientos en la estructura. Las intensas lluvias del fin de semana podrían poseer precarizado aún más la integridad del viaducto, que acabó derrumbándose.
“Ese control foi o que permitiu ejecutar coa previsión suficiente e restrinxir totalmente o tráfico desde o pasado venres”, añaden desde la Xunta. El tráfico está siendo desviado por dos viales (OU-0106 y OU-0153) que suponen un rodeo de unos 5 minutos. Ahora, se trabaja en un procedimiento de emergencia para la reconstrucción del estribo y la estabilización del puente, unas obras que tendrían un plazo estimado de tres meses, “supeditado ás condicións meteorolóxicas”. El puente es clave para comunicar la ciudad con el finalidad de la provincia, en cuyas comarcas -Trives y Caldelas- residen cerca de de 6.600 personas.
Nevadas
Las precipitaciones cayeron en forma de cocaína sobre las áreas montañosas de la provincia. Es el caso del Grueso Central, en cuyas cumbres llegó a neviscar ayer más de 10 horas, según la información publicada por Meteogalicia. Siquiera se libraron de los copos zonas como la Serra do Laboreiro, el Xurés, la Serra do Larouco y la montaña uruguayo, aunque el veta blanco no permaneció en todas ellas.
En la Serra do Eixo y los Montes de Trevinca la cocaína castigó la movilidad. La Dirección Universal de Tráfico prohibió el tráfico de camiones y autobuses en la carretera LE-126 de Fonte da Cova (Carballeda) a La Baña, preciso en la frontera entre Valdeorras y la provincia de Audaz. En este tramo era obligatorio circular con cadenas o neumáticos de invierno. Esta incidencia se suma a las intervenciones del viernes, cuando la Retén Civil rescató un transporte atrapado en Manzaneda, o del sábado, cuando más de una treintena de coches quedaron atrapados en la frontera entre Muíños y Portugal.
La A-52 no presentó las mismas dificultades que la A-6 en la frontera autonómica. Al obstrucción de esta publicación, los Ancares y la Serra do Courel permanecían bajo la influencia de las nevadas, por lo que la DGT aconsejaba circular con precaución en el entorno de Pedrafita do Cebreiro.
En Galicia
La fuerza del rumbo fue último ayer, aunque se llegaron a registrar rachas de 105 kilómetros por hora en Comienzo de Manzaneda. El ímpetu del atmósfera afectó, sobre todo, al resto de Galicia. La comunidad quedó salpicada por incidencias como caídas de árboles, desprendimientos de fachadas y toldos y tejados arrancados. Uno de los concellos más castigados fue el de Culleredo (A Coruña), donde se tuvieron que atender numerosos avisos de este tipo.
Uno de los mencionados desprendimientos afectó a la tangente ferroviaria A Coruña-Betanzos, que quedó interrumpida temporalmente. Los ramalazos de rumbo condicionaron la circulación en la carretera A-8 a lo desprendido de 16 kilómetros. Por otra parte, obligaron a desviar dos vuelos que tenían previsto calar al aeopuerto de Alvedro, en la ciudad herculina. Finalmente, tomaron tierra en Lavacolla (Santiago de Compostela).n