Familias y docentes de dos plataformas alicantinas con implantación en toda la Comunidad Valenciana han coincidido -por separado- en desmontar un mito que repiten como mantra el nacionalistas: eso UE aprobar la llamada inmersión lingüísticaque en la práctica pretende sustituir el castellano por el catalán en el aula.
«La mención recurrente de que STEPV y otras organizaciones supremacistas hacer a la carta europea del Idiomas Regionales cualquiera minorías cuando en dicho documento y en los textos sectoriales que de él se deriven, lo que se solicite es la promoción de las lenguas regionales pero nunca a través de la imposición de las lenguas regionales a los ciudadanos y menos a los niños”, señalan desde el Plataforma de maestros por Libertad lingüística.
A raíz de las declaraciones del sindicato STEPV, en las que advertían al Ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Antonio Rovira, que “el valenciano debe ser la lengua vehicular mayoritaria en los centros educativos”, y uno de sus argumentos fue precisamente ese supuesto apoyo a la normativa europea, desde este colegio de profesores niegan que ese sea el espíritu encarnado por las autoridades comunitarias. “Parece que o no han leído estos documentos o confían en que nadie lo hará”, subrayan.
Sin conocer este análisis, llegan a la misma conclusión en otra asociación que agrupa a familias y profesores, Idiomas y Educaciónquienes aclaran que “es un documento de ‘derechos’, que los grupos nacionalistas han convertido en un documento de ‘obligaciones’, desde el carácter manipulador reincidente de estos grupos”.
Además de corroborar que la carta europea promueve la enseñanza, pero como riqueza cultural añadida, no para su imposición o para sustituir otra lengua, esta asociación recuerda otro aspecto con el que la directriz comunitaria no puede contradecir. «Estudiar en lengua materna es un derecho internacional que promuevan la Unesco y todos los expertos en educación. Por otro lado, la Declaración Universal de Derechos humanos demandas libertad de enseñando. Son principios básicos de convivencia», apuntan.
La postura que hace pública el sindicato STEPV de reclamar a la Generalitat más horas de valenciano en las aulas suscita rechazo en ambas asociaciones. «De su escrito se desprende que, en las próximas semanas, otras organizaciones apoyadas por el independencia; así como asociaciones educativas fantasmas, como Picornell; ellos manejarán nuevos amenazas al nuevo ministro si se atreve a cumplir la ley”, advierten desde la Plataforma de Docentes por la Libertad Lingüística.
“Más preocupante que esto totalitarismo liberticida de la declaración de la organización, es el odiar que rezuma contra el niños residentes en territorios donde predomine el idioma español y, en general, todos aquellos con familia hispanohablantea los que proponen ‘castigar’ aplicando una inmersión lingüística brutal”, añaden.
A su juicio, “es evidente que, de lograrse este objetivo, convertirían al 80% de los niños en ciudadanos de segunda al privarlos del derecho a la educación en su lengua materna, a la que tendrían acceso el resto. Cualquier sindicato de docentes rechazaría semejante aberración pero está claro que la dirección del STEPV va en otra dirección”, lamentan.
Materias no lingüísticas en español
En Idiomas y Educación opinan en la misma línea que «priorizar una lengua sobre otra genera desigualdades. obligar a impartir asignaturas no lingüísticas en valenciano (matemáticas, ciencias naturales, ciencias sociales, historia…) significa que los alumnos no aprenden ni la lengua ni las materias en cuestión».
En consecuencia, exigen la libertad de elección del lenguaje vehicular: «En concreto, de líneas puras, para el cumplimiento de las Constitución y satisfacer a la comunidad educativa, crear una sociedad libre y convivencial, como siempre ha existido entre los valencianos y acabar con la tiranía iniciada por los nacionalistas y separatistas Vicente Marza».
Para concluir, argumentan que “los docentes deben estar al servicio de los ciudadanos, especialmente de sus alumnos, y no de sus intereses nacionalistas”, y subrayan su queja: “Basta ya de amenazas de imposición lingüística y chantaje para la creación de los países catalanes».
Para la plataforma de docentes “ahora, luego de ocho largos años de vacaciones en los que el STEPV ha estado mirando para otro lado para no ver el caos en el que se encuentra la administración de compromiso había hundido la educación valenciana, parecen despertar de su letargo para retomar el discurso identidad pancatalanista demostrando que su único objetivo reconocible es negar a las familias el derecho a elegir la lengua e imponer el catalán a todos los niños de la Comunidad”.
Esperanzas puestas en un cambio con el nuevo ministro
Con matices, esperan que el cambio de Gobierno autonómico pueda operar a favor de estas reivindicaciones. “Aunque no podemos decir que estemos totalmente contentos con los primeros pasos y declaraciones de Rovira, confiamos en que pueda hacer un buen papel”, han valorado, desde el primer momento.
«Esperamos que, después de ocho años en los que el Departamento de Educación se ha convertido en una máquina de violar la ley, el ultrajes a los derechos de los estudiantes. Rovira ha manifestado su voluntad de respetar la Constitución y el estatuto de Autonomía. El solo cumplimiento de este mínimo sería suficiente para mejorar la actuación de la administración anterior”, han resaltado.
Idiomas y Educación también están al acecho: «Rovira, que ha demostrado una gran determinación e integridad en sus intervenciones para solucionar el mayor problema de la Educación valenciana, debe defender los intereses de los alumnos y sus familias, no cediendo ante la demandas nacionalistas de inmersión lingüística”.
En particular, se centran en el hecho de que “la Ley de Multilingüismo Solo ha servido para crear división y confrontación, orientada hacia un modelo monolingüe que destruye la equidad y la calidad de la Educación. La ley debe ser revisada, pero sólo para ser derogadoya que es un atentado a la libertad, al tiempo que condena a muchos alumnos al fracaso escolar».