El partido entre vecinos se lo adjudicó el Polígono al triunfar por 3-1 frente a un Seixalbo que a pesar de apostar buena parte del conferencia en inferioridad numérica, dejó hasta el alma para averiguar poco positivo del campo industrial.
La situación se le puso muy pronto de cara al equipo de Pablo Gil, al explotar Lin un decreto descomunal del cancerbero al escapar un balón holgado de Atiza para transformarse en el 1-0. Sin duda fue un duro mazazo para los visitantes a los que les costó proporcionado recuperarse y retornar a meterse en el partido. De hecho, un esférico de martín para Kevin que, tras recortar a un contrario vio como involuntariamente Pato termina por entorpecer su remate.
El Polígono estaba más cómodo y buscaba cascar las bandas para sorprender, tanto es así que dispuso de tres ocasiones para elevar la diferencia. Sanmiguel remata un centro de Atiza que despeja Alberto y cuyo rechace le quedó a Viti, que se encontró nuevamente con los reflejos del cancerbero.
Más tarde, una pérdida de balón de Bolaño que le quedó servido a Choupas que dispara desde el borde del campo de acción y solventa otra vez Alberto.
Las protestas visitantes por ciertas decisiones del asistente David Guzmán terminaron con la expulsión de Kevin, que complicaría más el panorama a los suyos. Los industriales se abstrajeron de los problemas de su adversario y siguieron buscando la meta contraria. En el descuento, un pase antes de Lin que remata Yago y vuelve a controlar el cancerbero, que ya había dejada antes el error en el único tanto que campeaba en el grabador.
Mucho más claro lo tuvo Sanmiguel, que con toda la meta a su disposición tiró desviado un pase de Lin.
El alivio le caldo muy adecuadamente al Seixalbo para tranquilizarse, centrarse de realizado en el conferencia y averiguar la forma de aparecer al igualada. El Polígono salió en la segunda parte mucho más relajado delante un rival que arriesgó mucho más, hasta que en una envite que no entrañaba cierto peligro un defensa industrial desestabiliza a Pato interiormente del campo de acción y uno de los máximos artilleros de la venda fusiló a Alberto con un potente tiro que, tras pegar el balón en la parte interior del viga, acabó convirtiéndose en el 1-1. Era el premio a la constancia.
Los industriales espabilaron y en una gran recuperación de Ferreiro se marchó de cara a la meta y desde unos 20 metros sacó un potente remate que, tras dar un pequeño tumbo, sorprendió a Alberto, que se había arrojado con mucho criterio, pero no pudo impedir el 2-1.
El partido entró en una período donde el Seixalbo se hartó de colgar balones, pero no terminaban de cuajar. En un toma y daca permanente nació el 3-1 para los industriales. La envite la inició Juan con un balón holgado que controló Ferreiro y cuyo posterior toque antes le quedó a Miguelín, que llevaba dos minutos en el campo, que recortó a un defensa y sacó un guay zurdazo que se coló conexo a la cepa del palo izquierdo. Más tarde la impotencia de César le costó la roja por la cual pidió perdón a su distracción. Celebración por todo lo parada de los industriales, que sentenciaron y todavía sueñan con las plazas de play off.