Según ha avanzado `La Sexta`, Ábalos ha presentado dos escritos para defenderse del proceso que ha hendido contra él la dirección del partido. En el primero de ellos, remitido a la Comisión de Ética y Garantías, acusa de editar datos personales en el expediente donde se comunicaba las medidas aplicadas contra él a posteriori de que se negase a entregar su certificado de diputado, tal y como le había preciso la Ejecutiva Federal.
El partido distribuyó una primera traducción de una resolución, firmada por Cerdán, en la que aparecían datos privados del exministro como el número del Documento Franquista de Identidad o la dirección de su domicilio. Minutos a posteriori enviaron una corrección en la que ya no aparecía esa información.
Por consiguiente Ábalos reclama que se caleta un expediente de averiguación de los hechos para “determinar la eventual responsabilidad del Secretario de Estructura, Santos Cerdán”, según indica el documento y considera que ha podido cometer una desidia “muy tranquilo”. Subraya por otra parte que es la persona “obligada estatutariamente de velar por la protección de datos de los afiliados”.
En un segundo escrito, en este caso dirigido a la propia Secretaría de Estructura, Ábalos se queja de que el partido trasladó su valentía de abrirle expediente antaño de que se cumpliese el plazo de 24 horas que le habían poliedro para que entregase su certificado de diputado. Para acreditarlo adjunta varios titulares de prensa en el que aparece esa información en la mañana del martes 27 de febrero, antaño de que expirase el ultimátum.
En la víspera, el lunes 26 de febrero, la portavoz del PSOE, Esther Peña, trasladó que la Ejecutiva Federal había decidido por unanimidad pedir a Ábalos que entregara su escaño por “responsabilidad política” en el `caso Koldo`, que investiga presuntas mordidas en contratos de operación de material anticovid.
La semana aludido, la Centinela Civil había detenido a Koldo García Izaguirre, asesor de Ábalos durante su etapa en el Servicio de Transportes. Según la investigación, participó en una presunta trama de contratos amañados durante la pandemia. Peña dejó claro que sobre Ábalos no había ningún cargo ni señalamiento jurídico o policial, pero en todo caso le reclamaban que diese un paso a un costado por “responsabilidad política”.
A pesar de todo, Ábalos se resistió a dejar su escaño, abandonó el Congregación Parlamentario Socialista y pasó al Congregación Fósforo, alegando que era inocente y entregar su certificado sería igual que investigar su culpabilidad.
Ese mismo martes, a posteriori de que Ábalos hiciese pública su valentía de resistir en el Congreso, el PSOE hizo conocido que le suspendía cautelarmente de militancia y abría expediente disciplinario por haberse saltado las resoluciones del partido.
El crónica señalaba por otra parte que Ábalos contaba con cinco días para hacer durar al instructor del expediente las pruebas con las que pretende defenderse y por otra parte podía interponer un solicitud delante la Comisión de Ética y Garantías en el plazo de diez días hábiles.
Ahora Ábalos ejerce ese derecho, pero por otra parte contraataca y señala directamente a Cerdán, su sucesor en la secretaría de Estructura y su interlocutor en los días en que el partido le trató de convencer para que dejase su escaño.