Llegó ese momento del año en el que por una tenebrosidad se duerme una hora menos adecuado al cambio de hora de verano. Este cambio de hora tiene su explicación en que en primavera, los días presentan más horas de luz y una forma de eludir esa energía extra es exceder una hora la marcha, para rendir el viejo tiempo de claridad posible, sin servir de la iluminación eléctrica.
Este cambio de hora tiene sus defensores y sus detractores. Muchos consideran que acostarse una hora menos acompañado de los primeros síntomas de la primavera (como las alergias o el cansancio) no es benéfico para su vigor. Por otro costado, el hucha energético y las horas de luz satisfacen a muchos otros.
En España, la Comunidad de Galicia es en la que más tarde anochece, por lo que aprovecha muchas horas de luz por la tarde, llegando a caer la tenebrosidad cerca de las 23.00 horas, en algunos días del año. Por el contrario, en las Islas Baleares es donde antaño amanece, cayendo muy pronto los primeros rayos de Sol. El hucha energético, entre estas zonas tan opuestas de la cosmografía española, es muy diferente en función de la franja horaria en la que más luz puedan disfrutar.
Momento en la que se realiza el cambio de hora
En este 2024, el cambio de hora se realizará la tenebrosidad del sábado 30 de marzo al domingo 31. Todos los relojes del departamento doméstico tendrán que exceder sus agujas, a las 2.00 horas serán las 03.00 horas. Esto se produce para apoyar al hucha energético al rendir las horas extra de luz que hay en primavera y frenar, de algún modo, el consumo excesivo de electricidad.
Este cambio al horario de verano se produce en casi toda Europa, en América del Ideal, algunos países de Sudamérica y en la mayoría de Oceanía. Esta permuta está inspirada en las ideas que Benjamin Franklin expuso en la carta que envió a Le Journal de París en el año 1784 –cuando él ejercía como embajador de Estados Unidos-. En ella, el político propuso tres medidas: hacer respaldar a todas aquellas personas cuyas contraventanas impidieran la entrada de luz a las habitaciones, regular el consumo de velas y tocar las campanas de la iglesia al amanecer para que todos los ciudadanos se levantasen a la misma hora. En el siglo XVIII, estos preceptos no fueron tomados en serio, pero con el paso del tiempo, el hucha energético fue más importante y, en el año 1974, se concluyó que un cambio de hora era conveniente para llevarlo a angla.
Las primeras disposiciones de cambios de horario se realizaron en Europa en la división de los 80. En el año 2000, se creó la Directiva Europea 2000/84/CE -vigente en la actualidad- con la que se fijó el inicio del horario de verano el posterior domingo de marzo y el de invierno, el posterior domingo de octubre.