“Llegué con 21 años y me hicieron indefinido a los 30”



Eladio Campos es el gerente del Café Bar Pérez, en la Rúa da Unión, en el corazón del distrito vinícola de la ciudad. Llegar a España es complicado, pero lo más difícil es quedarse. Eladio vino desde Venezuela directamente a Ourense, en 2007. Lo que hizo con el Bar Pérez fue amor a primera vista: Fue su primer trabajo en la ciudad. “Estuve tres años aquí, luego me cambié a una empresa de reparación de móviles y en 2015 volví aquí”. Él explica que tiene muy buena relación con su jefe.

Sin embargo, el hotelero detalla que lo peor “es la incertidumbre” a la que se enfrentan los extranjeros a la hora de renovar su NIE (Número de Identidad de Extranjero) porque “no es posible hacerlo sin un contrato laboral superior a un año”. Dice que, en general, Encontrar un contrato de estas características “es muy difícil”.A ti no te viene”. Además, Inmigración les exige “tener seis meses de cotizaciones a tiempo completo, o un año a tiempo parcial” durante su permiso. Algo que en tiempos de crisis “era complicado”.

Se considera “afortunado” de haber encontrado este trabajo. Cuando regresó a la empresa, en 2015, su jefa le dio un contrato de tres meses y al explicarle su situación decidió hacerlo indefinido directamente. También por su buena relación.

Los migrantes enfrentan la dificultad añadida de, además de demostrar su valía en el desempeño de su trabajo, destacarse del resto. En la otra cara de la moneda, Su esposa, que llegó a España más tarde que Campos, consiguió recientemente un contrato indefinido.. “Ella trabajó mucho, en muchas empresas diferentes del Polígono”, dice. Entre ellos, Coren. “Es indefinida gracias a la reforma de la nueva legislación laboral”, concluye.

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