Los técnicos avanzan que no será necesario demoler ninguno de los bloques desalojados


El Consistorio de Badalona (Barcelonès Nord) se vio obligado ayer a ordenar el desalojo del sexto sillar de pisos en la manzana comprendida entre las calles Àusias March, Llefià y Canigó. Ayer se cumplió un mes del trágico derrumbe en el que perdieron la vida tres personas. El final desalojo se produjo en el edificio 118 de la calle Àusias March tras detectar “grietas de pesantez” de las llamadas “cruzadas” que debilitan mucho la techumbre. Pese a ello, los técnicos se muestran esperanzados y no creen que sea preciso demoler ningún edificio.

La inspección técnica contratada por el Consistorio detectó ayer en el edificio “las grietas más graves que hemos gastado hasta ahora” en los edificios inspeccionados. “Son grietas que cruzan los techos y van en diferentes direcciones” explicó el corregidor, Xavier Garcia Albiol, que alertaba el peligro que suponía para los residentes. Las grietas se han localizado en seis pisos del edificio.

Vecinos tranquilizados

El de ayer es el sexto edificio desalojado en el barriada del Raval de Badalona desde que el dia 6 de febrero se hundió el inmueble número 9 de la calle Canigó causando tres víctimas mortales. Progresivamente se han tenido que desalojar por la aparición de grietas los números 5, 7 y 11 de la calle Canigó, adyacentes al que colapsó y el 116 y 118 de la calle Àusias March, perpendicular al primero de los edificios siniestrado.

Aún impactados por la tragedia, los vecinos recibieron ayer buenas informativo. “Empezamos a estar más tranquilos porqué los técnicos nos explican que todo va admisiblemente” contaba Núria, una vecina del número 7 de la calle Canigó. Encima, conocen que los arquitectos avanzaron en primera instancia que las paredes de carga están en buen estado. Todo ello apunta a que no será preciso demoler ningún sillar de pisos, aunque es seguro que se deberán someter a reparaciones en profundidad.

Algunas pertenencias de los residentes en el 118 de la calle Àusias March.

Algunas pertenencias de los residentes en el 118 de la calle Àusias March.

MARTI GELABERT

El consistorio badalonés no ha esperado la ayuda comprometida de la Generalitat y al día posterior contrató una empresa especializada que ha desplazado a la zona cuatro equipos formados por arquitectos y operarios que visitan las viviendas para realizar catas y analizar las estructuras. Hasta el momento han detectado situaciones que se deberán solventar por su peligrosidad, como pisos en los que se eliminó una tabique o áticos con sobrepeso a causa de huertos domésticos o habitaciones suplementarias.El coste de estas inspecciones supera los 300.000 euros.

El corregidor desveló que calma disponer del noticia todas las inspecciones a finales de la próxima semana, ya que prevé que hayan finalizado las visitas a 440 vivendas afectadas, de las que sólo quedan 140 por revisar. La segunda período pasará por entregar el dictamen a cada propietario en los que se concretarán las acciones que deberán ponerse a lengua para reparar las deficiencias y asegurar la seguridad estructural. El coste de las obras las asumirán los propietarios de los pisos, por lo que no se descarta que se abran líneas de ayuda para afrontar las reparaciones.

Puntales aéreos

Mientras tanto, los techos de las viviendas están afianzadas con “puntales aéreos, ya que son menos invasivos para los residentes” detallaba el concejal de Territori, Daniel Chispa. Sobre el origen de las grietas, el munícipe no las vincula al derrumbe del sillar. “Son grietas que ya existían pero no se habían detectado”. A posteriori de afianzar los pisos se llevarán a lengua las pruebas más determinantes, como las de carga sobre los forjados, una operación que debe realizarse en un laboratorio especializado, en el que igualmente se evaluará el estado de los materiales utilizados para la construcción.

Precisamente, durante el pleno celebrado el martes, los concejales de la examen propusieron investigar si existen más promociones de viviendas construidas con materiales cerámicos en Badalona. “Ahora no tenemos detectados edificios de este tipo, pero hay que aclarar el foco al resto de la ciudad” proponía Chispa.

Por el momento, sólo hay cuatro familias, que suman 19 personas, alojadas en hoteles o establecimientos a cargo de los servicios sociales. En total se han desalojado seis edificios, lo que supone 120 domicilios. Hasta ayer se había apuntalado alguna de las viviendas de los bloques del 1 al 15 de la calle Canigó y del 2 al 4 de la calle Llefi y se calma que en cuestión de semanas puedan regresar a sus casas..

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