Médica y experta en gestión sanitaria, ganó las elecciones en Pamplona, el Ayuntamiento más deseado por la coalición Otegi. Hoy recibe a los Reyes de España
Cristina Ibarrola (Pamplona, 1969) transmite tranquilidad mientras colaboradores y funcionarios del Ayuntamiento apuran los últimos detalles antes de la presencia hoy de los Reyes de España en el 600 aniversario de la Unificación de Pamplona. Un gesto del verdadero hogar eso enorgullece a Ibarrola. La alcaldesa de UPN, sin complejos, exhibe su valentía frente a la coalición Otegi que la ha situado en su blanco político para conseguir su objetivo de situar Joseba Asirón como alcalde de la capital de Navarra.
- ¿Por qué ha invitado a los Reyes de España a la celebración del 600 aniversario de la Unificación, momento fundacional de la Pamplona moderna?
- Para Pamplona es una fecha trascendental. Lo ocurrido hace seis siglos permitió acabar con barreras y enfrentamientos absurdos y empezar a construir la Pamplona moderna. El rey Carlos III fue el mejor alcalde que pudo haber tenido Pamplona. Para mí es un orgullo y un honor que la máxima representación de España, los Reyes, hayan aceptado la investidura para conmemorar esta fecha. Su presencia ha contribuido a multiplicar el interés por la historia de Pamplona, incluso entre los ciudadanos de la ciudad que quizás no la conocen. Una gran mayoría de la sociedad pamplonesa acepta y piensa que es bueno que los Reyes asistan a este evento.
- EH Bildu cuestiona ahora la presencia de los Reyes de España porque fueron quienes acabaron con el Reino de Navarra, ¿los ciudadanos navarros consideran que la participación de Felipe VI es una afrenta?
- Estoy convencido de que no. Siento en la calle que la mayoría de la ciudadanía cree que es muy bueno para la ciudad y también la mayoría de los grupos municipales lo ven con buenos ojos (Bildu y la coalición encabezada por Podemos no asistirán a los actos con los Reyes de España ). Intento aprender del pasado, reflexionar sobre cómo mejorar y, sobre todo, mirar al futuro. No estoy de acuerdo con EH Bildu ni en eso -no reconocer la Monarquía constitucional- ni en tantas cosas que nos separan de los modelos de convivencia, de sociedad y de ciudad.
- Tras ganar las elecciones del 28-M había muchas dudas sobre si conseguiría ser alcaldesa porque no tenía mayoría absoluta y EH Bildu exigió al PSOE de Navarra apoyar al abertzale Joseba Asiron, ¿por qué cree que en las ¿Al final los socialistas no cedieron a la presión de sus socios?
- El PSOE está blanqueando a EH Bildu con pactos que vienen muy mal para Pamplona, Navarra y España. Ir un paso más allá y votar sí a un alcalde de EH Bildu para gobernar Pamplona me parecería una línea roja infranqueable. Ya hemos visto que cuando Bildu gobernó Pamplona retrocedieron y prevaleció el sectarismo porque sólo gobiernan para los suyos. ¿Dará el Partido Socialista ese paso ahora? No sé. Estoy muy tranquilo. Hemos sido la lista más votada porque los pamploneses nos han elegido y vamos a trabajar cada día para mejorar la ciudad. El Partido Socialista sabrá si está interesado en cruzar otra línea roja. Espero que no pase pero no depende de mí.
Colabora con Chivite pero su gobierno es malo para Navarra
- Pero, ¿cómo afronta una legislatura de cuatro años cuando minutos después de ser elegido un concejal de Podemos ya quiso activar una moción de censura contra usted que supuestamente ya había sido discutida con Bildu y el PSN?
- Un concejal que sólo obtuvo el 3% de los votos de los ciudadanos tuvo la osadía de convertirse en portavoz de aquella moción de censura. Estoy orgulloso de gobernar Pamplona. Y trabajo mañana, tarde y noche para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Si deciden presentar una moción de censura, que la hagan. No les voy a dar ni un minuto y no les voy a dar ninguna justificación razonable de mi trabajo. Si quieren hacerlo por otros intereses… Creo que (a los partidos de oposición) les resultará muy difícil estar siempre en el no por el no. Soy una mujer con talento para el acuerdo, el consenso y las circunstancias en las que gobierno. Pero para mí lo más importante es la ciudadanía y no dudar ni un minuto en poner sobre la mesa proyectos que beneficien a la ciudad.
- ¿Contempla la posibilidad de que EH Bildu reclame a Pedro Sánchez, en público o entre bastidores, para la alcaldía de Pamplona para facilitar su investidura?
- Hacer marketing con Pamplona es una falta de respeto a los ciudadanos. Ha sido con la formación del Gobierno de Navarra y si hay partidos para vender Pamplona sería lamentable. Nunca venderé Pamplona por respeto a los ciudadanos que ya han elegido quién gobierna esta ciudad. Estamos asistiendo a negociaciones tan surrealistas que será el PSOE quien tendrá que dar explicaciones si se producen.
- ¿Por qué se ha desatado una campaña política por algunas de sus imágenes utilizadas en una joyería de Pamplona?
- EH Bildu, a través de una gran mentira, está intentando realizar una campaña de desprestigio personal contra mí con un tono machista e incluso misgino que me parece denunciable. Los de Bildu no me van a amedrentar porque no les tengo miedo. Siempre responderé a cuál sea mi administración pública; Que miren lo que quieran. Pero no voy a dejar que entren en mi espacio privado. No tienen límites y todo les da absolutamente igual. Todo se basa en una gran mentira y promueven el odio para luego ponerse las manos en la cabeza cuando nos insultan y agreden en la Curia (calle). Esparcen esta gasolina, promueven el odio basado en mentiras. Lamento profundamente que otros grupos municipales que en privado me expresan lo mismo que yo pienso y digo puedan luego aceptar algunas de sus iniciativas. Pero estoy muy tranquila.
- ¿Va a ejercer como alcaldesa de Pamplona como contrapoder al presidente Chivite tras confirmar que EH Bildu volverá a ser el socio preferente del Gobierno de Navarra?
- El gobierno que ha formado Chivite es muy malo para Navarra al rechazar un gobierno de mayoría absoluta junto a UPN para gobernar en minoría con EH Bildu. En mí (Chivite) no habrá enfrentamiento sino colaboración. A Pamplona le iría mejor con otro gobierno que ha decidido no aceptar.