As fue el rescate de Izan y su familia: “Al otro lado del ro se oa a una mujer dando gritos; era demoledor”


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“La encontramos encima de dos troncos, dentro del río. En ese momento sólo sabíamos que estábamos rescatando a una persona en el agua, pero no sabíamos el motivo. Nos sorprendió que ella estuviera allí sola. ‘¿Estás sola?’, preguntamos. Nos dijo que no, que había tenido un accidente con el coche cinco kilómetros más arriba de donde la encontramos. Que iba con su marido y sus dos hijos. Que ella y su hija habían logrado salir del coche, pero que su marido y su hijo se habían quedado dentro. Estaba empapada y con mucho frío. Ella pensó que toda su familia había fallecido.. Su estado era de abatimiento, creía que la habían dejado sola, decía que quería morir. Ella estaba arriba de los troncos y para sacarla tuvo que volver al agua, pero no quería porque estaba en pánico. La convencimos de que teníamos que salir. fue bastante valiente. “Sólo tenía en mi cabeza lo que le podría haber pasado al resto de la familia”.

Como el relata Juanma Ariasagente de la Grupos Especiales de Rescate de Intervención en Montaña de la Guardia Civil (Greim), cuál fue el momento en que él y otros dos compañeros lo encontraron y lo pusieron a salvo Mónica tres horas después, la noche del pasado domingo, era arrastrada junto a su familia por la crecida del río Alberche a su paso por pueblo de fresno (Madrid), localidad donde Dana Descargué con particular furia.

La mujer, lamentó ante los agentes, temía lo peor: sería la única superviviente. Por eso recibí con gran alivio la noticia, apenas unas horas después, de que su hija había logrado salir del río por sus medios y llegó a un camino donde pidió ayuda. Y al día siguiente, lunes, amaneció con otra buena noticia: su hijo izan, a quien la prensa identificó inicialmente como Ethan, también había sido rescatado tras pasar toda la noche aferrado a un árbol. Los servicios de búsqueda continúan trabajando intensamente en la zona intentando localizar a su padre.

METRO
Mónica, tras ser rescatada.GUARDIA CIVIL

Pese al impacto emotivo, el pasado miércoles la propia Mónica, consciente del pequeño milagro de haber podido reencontrarse con sus hijos, publicó un mensaje en su cuenta de Facebook para agradecer al agente Arias, a sus compañeros y a todas las personas que habían intervenido en sus rescates. .

“Ni siquiera sé cómo empezar… Pero tengo la necesidad de escribirle esto”. gracias a esos ángeles guardianes que salvarían a mis hijos”, dijo. “Sí, soy la madre de ese héroe al que llaman Ethan y él es realmente Izan. A esa persona que lo vio en un árbol y puso fin a su pesadilla. A ese bombero que vio aparecer a mi hija y la cobijó y consoló cuando más lo necesitaba. Y a ti que escuchaste mis gritos de auxilio y no me dejaste en paz hasta que vinieron por mí. A esos tres guardias civiles montañeses que me consolaron y calmaron hasta que estuve a salvo…”.

Mónica, 47 años, su marido, manuel (47), arquitecto, director general de una empresa especializada en reformas de viviendas y farmacias, y sus dos hijos, Silvia (14) e Izan (10), habían abandonado Aldea del Fresno, donde tienen una segunda residencia, hacia Alcorcóndonde residen: a 42 kilómetros de distancia, a poco más de media hora en coche.

A las 23:24 horas habían recorrido un par de kilómetros y se disponían a cruzar el Puente de Arroyo Grande. La precisión de la hora se debe a que un bombero forestal que se encontraba allí fue testigo de lo sucedido y lo narró poco después en su cuenta de Twitter. “Lo que he vivido hoy en la M-507 a la salida de Aldea del Fresno dirección Villamanta va a ser imposible de olvidar… Sigo en choque“, comenzó su relato. “Me encuentro con la crecida del río. Lo paso con dificultad. Detengo los autos que vienen de frente. Y yo digo que no crucen, es muy peligroso. Un coche no le hace caso y decide cruzar. Está parado en medio de la inundación. Empieza a crecer a cada segundo”, explicó este testigo, que inmediatamente alertó a los bomberos y pensó, en ese momento de confusión, que el coche sólo tenía un ocupante.

Agentes de la Guardia Civil, ayer, buscando a Manuel.
Agentes de la Guardia Civil, ayer, buscando a Manuel.R. JiménezEFE

“Son las 23.24, el auto comienza a volcar con la persona adentro. Intenta poner el auto en reversa y el auto vuelca y es arrastrado por la inundación”, continúa contando lo sucedido. “A las 23:27 El puente y el camino desaparecen.. El vehículo se pierde ante mis ojos impotentes de no haber podido hacer nada. Intento acercarme lo más posible para conocer el destino del conductor. “No veo nada”, añadió el bombero forestal, que tuvo que ser auxiliado por los servicios de emergencia. “Me derrumbo pensando que podría haber hecho más por ese conductor que no sé era el suyo… El personal de Summa me asiste crisis de ansiedad“Me han calmado mucho”.

El agente Greim Juanma Arias y sus acompañantes Juan Cebrín y Alfonso Allercuya base está situada en la localidad madrileña de Navacerrada, a unos 90 kilómetros de Aldea del Fresno, fueron activados para responder a la emergencia provocada por la DANA alrededor de las 22:00 horas “Estábamos bajando personas de los vehículos, rescatándolas de los techos… Cuando estábamos cerca de Aldea del Fresno , escuchamos en la radio que había una persona pidiendo ayuda en el río”, relata Arias el inicio del rescate de Mónica. Cuando llegaron se encontraron con una veintena de vecinos y un par de guardias civiles vestidos de civil “impotentes” por no poder ayudarla. “El paisaje era desolador. El arroyo se había unido al río Alberche y estaba desbordado por los cuatro lados. Al otro lado del río se oía una mujer gritando“.

Desde ese margen, evaluaron, era imposible acceder. “El puente de la Aldea del Fresno, centenario, tiene muchos ojos pero no se ve ninguno, volteó el agua. Estaba fracturado, tenía una grieta y un desnivel de tres o cuatro metros. Parecía que iba a derrumbarse, pero nos juntamos los tres y decidimos que solo podíamos acceder por allí. Cruzamos el puente con la suerte de que no se caiga”, afirma el agente de Greim.

Una vez al otro lado, avanzaron perpendiculares a la orilla del río, sorteando zarzas y maleza y preguntando a Mónica. que no paraba de gritar para poder localizarlo. “Estábamos contentos porque vimos que íbamos a rescatar a una persona, pero cuando lo sacamos y nos habló de su familia… Los tres rescatadores son padres”, explica Arias cómo al enterarse de que su esposo y sus dos hijos estaban La desaparición los afectó: “Dijo que había visto a su hija irse, que la había visto aferrada a un árbol, que la escuchó gritar pidiendo ayuda y que luego ya no la escuchó. Pensó que se había ahogado”.

Los Greim abandonaron Mnica en una ambulanciaCruzaron nuevamente el peligroso puente y comenzaron a buscar el vehículo. Lo encontraron pronto, a un kilómetro de Mónica y a cuatro del lugar donde lo había arrastrado la corriente. Era cubierto de tierra y barro hasta el techo, prácticamente enterrado. Tuvieron que comprobar si había alguien dentro y empezaron a intentar limpiarlo con picos y palas. “Entonces llegó una llamada desde la sede: la chica había aparecido por sus medios en el camino, que nos dieron impulso y alegría porque, la verdad, no esperábamos esa noticia, ese feliz desenlace”, cuenta cómo reaccionaron ante la aparición de Silvia.

Tras seis horas de trabajo, fueron los bomberos quienes finalmente consiguieron liberar el vehículo: “Fue como cuando haces un agujero en la orilla de la playa, le quitas arena y se vuelve a llenar”. Y, mientras se aseguraban de que no hubiera nadie dentro del auto, de madrugada llegó otro aviso. “El niño había aparecido al otro lado del cauce del río. y estaba vivo, estaba como a 800 metros sobre la madre, dice Juanma Arias.

Cuando se despidieron de Mnica, dice, le prometieron que buscarían a su familia. Ahora, ella le cuenta lo mismo de su marido: “Seguimos buscando, no cejamos en el esfuerzo. “No vamos a parar hasta encontrarlo”..

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