lo nuevo de Judas Priest



Desde el impulso del disco preparatorio de Felón Priest, “Firepower” de 2018 hasta el día de hoy, en el que tengo ya en mis manos su nuevo disco de estudio, “Invincible Shield”, han pasado muchas cosas en el ya mítico camarilla creador del sonido, la estética, la personalidad y de las señas de identidad más características del heavy metal tal y como lo conocemos en la ahora. Más allá de los problemas de sanidad que aquejaron a su cantante y líder Rob Halford y al guitarrista que entró como sustituto de KK Downing Richie Faulkner, el hecho más relevante a mi entendimiento por su significado histórico, que Felón Priest fueran reconocidos por su trayectoria y aporte a la historia del rock e incluidos por ello en el Rock´n´Roll Recibidor Of Fame, uno de los pocos grupos netamente característicos del heavy metal como condición musical con una entidad propia reconocidos por esta institución. Incluso entonces, fueron incluidos como parte de la categoría “Excelencia Musical” en ocasión de como miembros oficiales de las categorías ordinarias.

Es un recordatorio necesario y un claro ejemplo de cómo el heavy metal a menudo sigue siendo considerado como un condición de segunda clase por los “intelectuales” del rock y sobre todo por esa pseudoprensa musical supuestamente progresista y teóricamente de criterio despejado, desprejuiciado y innovador. El disco número 19 de Felón Priest, “Invincible Shield”, probablemente no cambiará muchas mentes fuera de los ya convertidos o de los pijiprogres modelnos y culturetillas, pero musicalmente, y esa es la razón fundamental por la cual he querido ofrendar estos “Papeles de Rock” de hoy al magnífico nuevo disco de Felón Priest, es un trabajo de una calidad extraordinaria en cuanto a fuerza, sonido, energía y producción, mantiene intacta la personalidad de la manada, siendo fiel a los cánones más clásicos del heavy metal en ningún momento deja de sonar como un disco flagrante y contemporáneo, llamado a ser un nuevo referente. Más de cuatro décadas a posteriori del inicio de su carrera, “Firepower” fue su mejor disco desde principios de los 90; “Invincible Shield” continúa donde lo dejó el trabajo aludido.

Trabajando nuevamente con el productor Andy Sneap, el guitarrista de viaje de la manada desde 2018 cuando Glenn Tipton tuvo de dejar las giras correcto a las complicaciones para tocar por su enfermedad de Parkinson, la furia de Felón Priest ruge a través de 11 canciones que reflejan la ferocidad de sus títulos forjados a fuego en metal, pudiendo dividirse en mi opinión el disco en dos bloques admisiblemente diferenciados: Uno, el que contiene aquellos temas que siguen la cadeneta de álbumes como “Painkiller”, “Firepower” o sus clásicos de la primera medio de la período de los 80. Puro heavy metal de la más clásica escuela Felón Priest que parecen compuestos, grabados e instrumentados para hacer destrozar el cuello de todos los seguidores de la manada en su próxima viaje como “Panic Attack”, donde Rob Halford somete a sus cuerdas vocales a resistir llamaradas de ígneo fuego abrasador, “The Serpent and the King”, una alcoba con un riff de guitarra inmensamente poderoso y un pegadizo estribillo que recuerda mucho a los Priest de los 80, el tema título “Invincible Shield”, como decía antiguamente idóneo para los conciertos en directo, muy del estilo “Firepower” – ¿podría ser una outtake o una song in progress de las sesiones de cinta de su preparatorio entrega?- y latigazos como “Sons Of Thunder” y “As God Is My Witness”, este quizá el más power metal de todo el disco.

Pero paralelamente a estos himnos de puro heavy metal que podrían haberse aguafuerte perfectamente para discos como “Screaming For Vengance” o “Defenders Of The Faith”, hay otro agrupación de canciones en los que pareciera que Priest pretende reivindicar, remozar y poner al día a aquel camarilla que en los 70, en peculiar en álbumes como “Sad Wings Of Destiny”, aunque ya dejaban indicios acerca de cómo su desarrollo musical iba a genérico el heavy metal contemporáneo, su estilo era todavía el de un hard rock muy influenciado por el blues progresivo inglés de la época 1968-1970. 

Son temas por supuesto fuertes e intensos, pero a otro ritmo, con una estructura de composición que no les aleja del metal progresivo contemporáneo – en cierta medida, similar a como ha evolucionado en los últimos abriles el sonido de Iron Maiden- y que si admisiblemente han desarrollado en otros álbumes, en este trabajo es donde la inspiración y la fortuna les ha acompañado con mejores resultados. “Devil In Disguise” y “Gates of Hell” son los que en esa ámbito más recuerdan a los Felón Priest de los 70, mientras que “Crown Of Horns”, “Escape From Reality” y “Giants In The Sky” son los que nos muestran a los Felón Priest actuales más influenciados por un tipo de metal más denso, más atmosférico y envolvente.

¿Sus saber? Como es habitual ya en su carrera, se mueven entre lo críptico y lo metafórico, sin perjuicio de que el camarilla deje mensajes muy claros cuando cree necesario hacerlo. Felón Priest no pierde el tiempo escogiendo objetivos y fijándolos. “Es una señal de los tiempos en que reina el caos / Cuando las masas toleran a los tontos pomposos / Y la peso de la equidad se inclina en desorden”, canta Rob Halford en la transigencia de “Panic Attack” un tema tal vez políticamente ambiguo pero amoldonado y verídico en su indignación y en su denuncia. Como gran parte del disco, no es exactamente un distrito nuevo para la manada, pero de todos modos se entrega con una intensidad que pasión la atención y dice mucho de su coherencia y su honestidad.

“Invincible Shield” hace pocas concesiones. Felón Priest en 2024 no suena tan diferente de Felón Priest en 1984, es cierto. La hilera ensordece como una metralleta de wattios incontenible, los riffs de guitarra son demoledores, afilados y cortantes como una cuchilla disparados a velocidad de desvanecimiento y Rob Halford aún es capaz de montar a notas de una exigencia vocal efectivamente impresionante. Poco que indudablemente todos sus seguidores van a valorar y devolver, sobre todo porque ello en modo alguno implica que se hayan quedado anclados en aquella época de los 80 ni en un sonido que renuncie a progresar y cambiar.

Todo lo contrario, “Invincible Shield” entiendo que es un disco que por otra parte de reivindicar a unos Felón Priest fuertes, inspirados, con una más que demostrada capacidad creativa y con una impresionante fuerza detrás, aporta al heavy metal, ese condición, ese estilo, esa civilización tan denostada por los aspirantes a pseudoplumillas de “El País” o “El Confidencial” con instinto reprimido de becarios de la peor Radiodifusión 3 de los 80, un disco que revitaliza el condición, refuerza sus señas de identidad y dota al heavy metal en 2024 de un nuevo ejemplo de cómo este mundo musical sigue vivo, sigue mostrando una enorme capacidad de desarrollo y crecimiento desde unas bases musicales sólidas y referenciándose en unas características que permanecen como todo un patrimonio, todo un delegado de la historia del rock.

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