José Luis Ábalos vuelve esta semana al Congreso de los Diputados. Lo hará, por primera vez, como diputado del Colección Heterogéneo. Y lo hará para elegir «sí» a la Ley de Gracia, que previsiblemente se aprobará el jueves con 178 votos a auxilio: los 120 del PSOE, los 27 de Sumar, los siete de ERC, los siete de Junts, los seis de Bildu, los cinco del PNV, los cuatro de Podemos, el del BNG y el suyo. El ex todopoderoso secretario de Ordenamiento de Ferraz no se diferenciará del partido en el que ha militado 43 primaveras. Su última promesa a sus antiguos compañeros fue que votará siempre lo mismo que el Gobierno. Y piensa cumplirla a rajatabla, según fuentes cercanas al ex ministro de Transportes.
Dos semanas posteriormente de divulgar un órdago a la dirección de su partido y pasarse al Colección Heterogéneo para «defender su honorabilidad», Ábalos acudirá a la Cámara Desprecio a elegir nulo menos que la norma más polémica de cuantas haya permitido el Ejecutante de Pedro Sánchez en sus casi seis primaveras de vida. Algunos en el PSOE habían especulado sobre la hipótesis de que Ábalos se vengase de su antiguo clan parlamentario desde su nuevo escaño del Colección Heterogéneo, pero su intención es, como adelantó este diario, mantenerse «amigo» a sus ideas.
Adicionalmente, hay que rememorar que Ábalos defendió la idoneidad de la perdón desde las tertulias en las que colaboraba antiguamente de que estallase el caso Koldo, en el que se investiga la presunta corrupción de una trama liderada, entre otros, por Koldo García, uno de sus principales asesores. Así que no queda duda: irá a elegir «sí». Adicionalmente, su parecer de que él es un socialista de pedigrí al que han tratado como un desecho de tienta pasa por seguir votando como un socialista más, precisamente. Pero no por tacticismo, sino por convicción, aseguran en su entorno.
Ábalos se sentará en el escaño que hasta ahora ocupaba Néstor Rego, del BNG, que ahora desvaloración dos filas en el nuevo reparto que ha hecho el Colección Heterogéneo y se situará entre ERC y Podemos. De esta forma, el antiguamente todopoderoso ministro de Transportes se irá a la penúltima fila, amoldonado próximo al primer pasillo izquierdo del Hemiciclo.
Sexta fila
De la segunda a la sexta fila de la bancada. De presentar la moción de censura que encumbró a Pedro Sánchez en 2018 a elegir en el gradería en 2024. De ser el símbolo de la militancia al apartamiento por el estallido del caso Koldo, en el que aparece señalado pero no está investigado. Forzado por las circunstancias judiciales y políticas, y en plena suspensión cautelar de su militancia como socialista, Ábalos vuelve al oportunidad en el que inició su caminata parlamentaria doméstico, pero ahora sin nadie de sus compañeros de partido al banda.
La imagen será impactante, por cuanto explicará de un solo vistazo dos realidades: la primera, el divorcio total del PSOE con su ex dirigente; la segunda, el afán de resistor numantina del diputado valenciano, que quiere hacer del Colección Heterogéneo una «tribuna» desde la que defender su inocencia.
«Tengo que defenderme a todos los niveles. Siento que me enfrento a todo. Vengo solo en mi coche, no tengo secretaria, no tengo a nadie detrás ni al banda. Me enfrento a todo el poder político, de una parte y de otra, y lo tengo que hacer solo», dijo hace dos semanas, en su comparecencia sin preguntas en presencia de los medios, en la sala de prensa de la Cámara Desprecio.
¿Por qué se mantiene en el Colección Heterogéneo? Así lo explicó entonces: «Si yo renunciara se entendería que asumo alguna responsabilidad y no la asumo. Sé lo que es un atiborrado político. Y con ello no acabaría la cetrería contra otras personas. No ha sido posible entablar una advertencia con mi partido. Así que en presencia de la aprieto de defenderme y restituir mi honor como diputado y persona, por eso he decidido sobrevenir al Colección Heterogéneo desde donde seguiré defendiendo mis ideas».
En todo caso, las votaciones del jueves serán todo un shock para el ex número tres de Ferraz. Por primera vez, comprobará con toda su carga simbólica a cuestas lo que es concluir fuera del perímetro del PSOE. «Nunca me hubiera imaginado fuera de estas siglas», dijo al anunciar su salida, pero añadió: «Espero el final de esta partida viendo cómo muchos me miran a la cara».