El apunte de agresiones a sanitarios es el segundo apunte más suspensión desde que hay registros. “Yo fui agredida en el 2020 por un paciente que quería ver a su tribu. Las visitas no estaban permitidas y no dio tiempo a aplicarle que no se podía”, relata Trofeo.
La psiquiatra fue agredida en pandemia, cuando un paciente quería ver a su tribu y no estaba permitido. Denunció la situación. Se celebró el madurez y “la jueza me comentó que tenía que ser consciente que si el paciente venía, yo tenía que atenderlo. Y si no quien incurrirá en un delito era yo, de omisión de socorro. De hecho al paciente lo intentaron mandar hace dos semanas de nuevo al hospital”, explica Trofeo.
Los profesionales insisten en la importancia de denunciar
Emilio Fernández perdió a su mujer hace 15 abriles. Era doctora en un centro de vigor de Murcia. “Pedía una nebulización cuando no hacía el tiempo para retornar a ponérsela. Lo citaron más tarde y ya no llegó hasta las 23:30 horas de la tenebrosidad. Fue cuando cometió la acometida”, ha señalado.
Los profesionales del derecho inodoro insisten en la importancia de denunciar “porque lo que a lo mejor hoy es una acometida verbal, mañana se puede convertir en otra cosa”, detalla Carlos Fornes, presidente de la Asociación de Derecho Váter de Valencia. Y todo esto a pesar de que las penas contra los agresores sean mínimas.
Agresiones físicas y igualmente a través de las redes. En Murcia, los insultos a sanitarios en redes sociales pasarán a considerarse agresiones. Solo en 2023, se contabilizaron unos 500 incidentes en la sanidad pública regional. La número más inscripción desde que hay registros.
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