¿Qué es el Hard Rock? Del Eurovegas con el que Cataluña rivalizó con Esperanza Aguirre al proyecto que ha provocado el adelanto de elecciones en Cataluña para el 12 de mayo tras el ‘no’ a los presupuestos de Pere Aragonès


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“Un plan tóxico, nocivo y del pasado”. Así define la líder de En Comú Podem en el Parlament, Jéssica Albiach, el Hard Rock, el delegado esencia que hoy ha tumbado los presupuestos de la Generalitat para este año y ha precipitado el fin de la asamblea con la convocatoria de elecciones para el próximo 12 de mayo que ha anunciado esta tarde el presidente catalán, Pere Aragonès.

Para retirar la resarcimiento a la totalidad de las cuentas públicas, los comunes exigían que el Govern paralice la tramitación del nuevo Plan Director Urbanístico (PDU) de este macrocomplejo de ocio y juegos de apuestas proyectado en la provincia de Tarragona, en unos terrenos ubicados entre los municipios de Vila-seca y Salou. El PDU original, consentido en 2016, fue suspendido por una sentencia del Tribunal Superior de Imparcialidad de Cataluña en 2020.

Pese a que el plan esté en barbecho y la propia Sucursal autonómica considere que es muy posible que acabe por no realizarse, tal y como reconoció la consejera de Crematística y Hacienda, Natàlia Mas, hace una semana, el Hard Rock Entertainment World tiene tras de sí una historia de cambios de denominación e inversores que se remonta a más de una período a espaldas.

Pocos días antaño de la primera gran manifestación independentista de la Diada, la del año 2012, el Govern de Artur Mas presentó el macroproyecto BCN World, que se iba a ubicar muy cerca del parque temático PortAventura, en unos terrenos que eran propiedad de La Caixa.

Eurovegas

Aquella iniciativa tenía un antecedente muy próximo en el tiempo, el Eurovegas con el que Cataluña y la Comunidad de Madrid que presidía Esperanza Aguirre rivalizaron durante varios meses por atraer la inversión del magnate de los casinos Sheldon Adelson en un momento en el que la irradiación de la crisis económica de 2008 seguía en picos elevados.

En un especie de subasta en la que entreambos Gobiernos regionales rivalizaron por ver quién colocaba una tapiz roja más extensa, finalmente fue Alcorcón la sede que más convenció a Las Vegas Sands, la compañía que presidía el patrón estadounidense. La ubicación catalana no había estado exenta de polémica, ya que se había optado por unos terrenos en la comarca del Baix Llobregat, muy cerca del aeropuerto de Barcelona, pero asimismo de una importante zona agrícola y del delta del Llobregat.

En un súbito molinete de guion, y tras múltiples peticiones, como excepciones en la todavía chavea ley antitabaco española, Adelson decidió a finales de 2013 echarse a espaldas en la construcción de su gran casino europeo y centrar su negocio en Asia, en enclaves mucho más laxos en fiscalidad y regulación, como Macao y Singapur.

Tribu india semínola

En Cataluña, BCN World, el sucedáneo de Eurovegas ideado por la Generalitat de la mano de Veremonte (empresa que lideraba el valenciano Enrique Bañuelos, que venía de protagonizar la sonada menoscabo de la inmobiliaria Astroc) ha seguido durante más de 11 primaveras un enmarañado periplo oficinesco, con reducción de la carga fiscal a los casinos incluida.

La entrada del congregación norteamericano Hard Rock International (propiedad de la multimillonaria tribu de los indígenas semínolas de Florida) como inversor, tras la salida de Veremonte, cambió la denominación del plan. De aprobarse definitivamente el nuevo PDU, Incasòl (organismo de la Generalitat encargado de la promoción de suelo para actividades económicas y la construcción de vivienda protegida) compraría por 130 millones de euros el ámbito a Criteria (el aparato inversor de La Caixa) para venderlo a continuación a Hard Rock. Las inversiones previstas para el enredado turístico y de ocio, que con la presente situación de sequía en Cataluña ha sumado nuevos argumentos en contra, están valoradas en unos 2.000 millones.

Vista de los terrenos del proyecto BCN World, hoy denominado Hard Rock, con PortAventura al fondo.
Panorama de los terrenos del plan BCN World, hoy denominado Hard Rock, con PortAventura al fondo.EFE

Hace un año, Aragonès tuvo que comprometerse a que el Hard Rock siguiese delante para ganar el voto afirmativo del PSC a las cuentas de 2023, para las que sólo tenía resguardado el apoyo insuficiente de En Comú Podem. Doce meses posteriormente, en un cambio de tornas pero con idénticos protagonistas, el director del Govern tenía que aseverar no al macrocomplejo de casinos en Tarragona si quería que los comunes se unieran al de los diputados socialistas. Si con el Hard Rock se salvaron las cuentas de 2023, el resultado de las negociaciones de este año ha sido completamente opuesto, con el adelanto electoral como consecuencia inmediata.

El Gobierno de Esquerra Republicana, visiblemente incómodo con este tema desde que accedió a la petición del partido liderado por Salvador Illa hace un año, había insistido en las últimas semanas en que paralizar los trámites del Hard Rock sería “prevaricar” y que no existe una mayoría parlamentaria partidaria de detener el polémico y perenne plan.

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