Pero como esto va de sentimientos, de emociones y de retos, toca sobrevenir página. “¡Enormes chicos! Gracias por la temporada que nos estáis brindando y a esta cena invita el club. Pero desde mañana vamos a por el play off. Habéis demostrado que podemos competir por ello”. Eso diría yo si fue cualquiera en el club. Por suerte está en mejores manos, pero a la vez estaría maravilloso que igualmente con la misma ilusión.
El COB de esta temporada no es para café y pastas. Obliga a levantarse de la arnés cada tres acciones y a los más nerviosos a apoyar el móvil, la tablet o la televisión. Es un equipo de champán por momentos y de camisa de fuerza un rato posteriormente.
Lo más importante es que ha desterrado la descuido de “regreso” que mostró en la primera centro de la temporada. Encaja parciales, pero ya no decisivos y tiene la capacidad para superarlos y retornar al guion auténtico. Puede perder jugado muy adecuadamente, como en Burgos, o cobrar jugando solo regular, como ayer, pero lo importante es que esté ahí cada confusión. Que compita todos los partidos que le quedan y con eso acabará de subir la nota a una campaña ya trascendente. Nadie les va a pedir más porque sería injusto, pero siquiera menos porque tienen calidad y posibles para ello.
El Castellón se jugaba mucho más, pero el COB nunca quiso menos ni por intensidad ni por codicia. Pero a la vez volvió a demostrar que le cuesta encontrar una brújula que señale el ártico cuando llegan los momentos de la verdad y que tiene una desesperante descuido de fiabilidad en el tiro escapado. Y eso, cuando no vas sobrado de ausencia ya limita mucho.
El sábado Pucela y luego el Estudiantes en el Pazo. Sin presión alguna y ojalá con ilusión por todos lados. Asimismo desde en el interior. Competir los play off en esta LEB Oro sería de sombrerazo.