La Fiscalía sostuvo que la imputada mantuvo conductas ultrajantes y humillantes hacia su marido y que incluso le golpeó con un palo, tanto en su casa como en la calle, en el momento en que, debido al confinamiento de la pandemia, se mudaron a vivir. en Cartelle, en compañía de su hijo. Ella fechó estos crímenes en abril de 2020 y el verano de 2021.
El caso comenzó cuando la pareja sentimental del hijo del acusado llamó a una confederación de personas mayores con sede en Sevilla. Afirmó que Amparo maltrataba a su marido. Estar alerta activó un protocolo que movilizó a agentes de la Guardia Civil, quien se presentó en la casa de manera sorpresiva. Allí no presenciaron nada anormal, pero una persona que cuidaba al esposo les dijo que había presenciado su abuso, aunque en ese momento no podía hablar. Un tercer testigo habló en los mismos términos. Pero ya en el tribunal, recuerda el juez, “Los testigos antes mencionados brindan un relato no coincidente de los hechos. con lo inicialmente manifestado y que nuevamente fue modificado en el juicio”. La nuera incurrió en varias contradicciones y, además, según la magistrada, no puede ser tomada en cuenta por “las malas relaciones que mantiene con el acusado”, ya que le reprocha haber hecho anular a su hijo y haberla tratado mal. gravemente. El día de la audiencia oral, el propio hijo aseguró que la relación entre ambos era inexistente y que su novia hacía tiempo que no entraba a la casa de sus padres.
El testimonio de la empleada doméstica también genera dudas al juez. Durante su investigación, afirmó que vio al imputado golpear a su marido con un palo hasta tres veces para que ella se fuera a la cama. En el juicio, ella mencionó sólo una vez.
El fallo toma en consideración a tres familiares que mantuvieron contacto frecuente con la pareja y “sostuvieron firmemente y sin vacilaciones que Nunca presenciaron ni escucharon entre los vecinos que la acusada agredió a su marido. Admitieron que en ocasiones tuvieron que obligarlo porque se negaba a hacer lo que le decían.
El juez valora con “cautela” la declaración durante la fase de instrucción del afectado por la demencia que padece. Denunció que Amparo se portó bien con él y, siguiéndola, la golpeó con el palo.
Una situación difícil de manejar
Y antes del ausencia de corroboración periféricala jueza destaca que no ha podido alcanzar la condena necesaria para dictar condena por los dos delitos de maltrato físico. Tampoco encontró pruebas que demostraran el abuso. habitual.
El juez advierte que Amparo es la persona que se encarga de todos los cuidados y atenciones que su marido necesita. “En ese contexto y sin que implique justificación alguna al respecto, la imputada podría gritarle a su marido o incluso en un momento determinado proferir algún insulto contra su marido (…), y probablemente como consecuencia de la falta de herramientas para gestionar una situación tan complicado.”