Muere Paul Alexander, el hombre del pulmón de acero


Paul Alexander fue un batallador toda su vida. Siendo muy pequeño, con seis primaveras, contrajo polio. Estaba jugando con unos amigos cuando sintió mucha cariño y dolor en la piernas. Poco posteriormente tan pronto como podía respirar y sus padres rápidamente le llevaron a un médico que le practicó una traqueotomía de emergencia.

Desde entonces, vivió en el interior de un pulmón de puñal, un gran cilindro de metal que varía la presión del corriente para estimular la respiración, en definitiva, una máquina que conseguía mantenerle con vida.

Era 1956, año del apogeo de la polio en Estados Unidos, se registraron más de 21.000 casos. “Los médicos nos dijeron que Paul no podría comportarse”, relató Doris Alexander, la principio de Paul, en su memorias. “Hubo algunas ocasiones en las que falló la energía eléctrica y luego hubo que succionar el pulmón a mano. Nuestros vecinos corrían y nos ayudaban”.

Alexander fue testificador – desde su pulmón de acero- como en 1979, gracias a una vacuna, Estados Unidos fue evidente osado de polio, una enfermedad vírica infecciosa que afecta el sistema nervioso central y puede causar cariño muscular y parálisis. Él había quedado paralizado completamente de cuello para debajo.

¿Qué es un pulmón de puñal?

Los pulmones de puñal se inventaron en la término de los 20 y eran muy comunes a mediados del siglo XX. Ahora sólo queda una mujer, además en Estados Unidos, contagiada de polio cuando era pupila. Aún depende de una de estas máquinas para comportarse.

A diferencia de los actuales respiradores que funcionan con intubación, el pulmón de puñal es una gran máquina donde el paciente permanece en el interior acostado. La máquina ayuda a expandir y contraer los pulmones. Se comercio de un gran ventilador de presión negativa, un gran cilindro de metal que varía la presión del corriente para estimular la respiración. Actualmente se considera obsoleto.

No se rindió

A pesar de las pocas expectativas de vida, Paul Alexander nunca se rindió. Se acostumbró a su pulmón de puñal y desde allí intentó hacer una vida ordinario. Aprendió a escribir, a dibujar y decidió estudiar derecho, se graduó en la universidad y ejerció como abogado durante treinta primaveras. “Sabía que si iba a hacer poco con mi vida, tendría que ser poco mental”, le dijo al diario ‘The Guardian’ en 2020.

En ocasiones Paul asistía a clases en arnés de ruedas, aprovechando los escasos momentos en los que podía salir del pulmón de puñal mediante una técnica denominada “respiración glosofaríngea”. Esta técnica consiste en impulsar el corriente en torno a los pulmones utilizando los músculos de la germanía y la faringe, que le permite respirar y tragar.

Por otra parte escribió un vademécum, aunque le costó hacerlo más de 5 primaveras. ‘Tres minutos para un perro: mi vida en un pulmón de puñal’, es una memorias escrita a mano con un bolígrafo que sujetaba con la boca.

“No dejar que la polio me derrotara, sino yo derrotar a la polio. Por eso siempre quise conseguir las cosas que me decían que no podía conseguir y alcanzar los sueños que soñaba”, dijo en un video.

Además en TikTok

Ya en los últimos tiempos se hizo muy popular En TikTok. “Polio Paul” tenía más de 350.000 seguidores. Desde la redes sociales respondía a como hacía sus evacuación, o como podía sustentar una comportamiento siempre tan positiva.

TikTok además le sirvió como plataforma donde mandar un mensaje: La importancia de la prevención, de la prevención y la protección de la lozanía pública.

“Yo quiero hablarle al mundo sobre la polio y los millones de niños que no están protegidos (vacunados) contra esta enfermedad”, aseguraba en una de sus publicaciones.

Paul Alexander ha muerto a los 78 primaveras. A finales de febrero tuvo que ser ingresado en un hospital con Covid-19.

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