Un mosso encuentra el resto del cuerpo del desaparecido en Badalona



Un mosso fuera de servicio que paseaba con su perro en el alfoz de Gràcia de Barcelona descubrió el jueves a las dos y media de la tarde una bolsa de basura que el animal marcó en unos parterres ajardinados frente a la entrada de un agrupación de viviendas. El policía se acercó y al romper el plástico descubrió un muerto con signos de violencia. Y poco más. Faltaba la capital.

A errata de los resultados de las pruebas de ADN y del estudio de los forenses, los investigadores sospechan, y prácticamente están convencidos, de que se manejo de los restos que faltaban del hombre desaparecido el pasado 29 de enero en Badalona y cuya capital fue localizada por un buscador de espárragos en una riera unido al hospital de Can Ruti.

La principal quid es quién dejó el muerto en esa calle barcelonesa

Precisamente los Mossos de la pelotón central de personas desaparecidas comunicaron hace dos días a la clan de Joan Pere que la capital localizada en Can Ruti, a los pies de un pino, era la de este vecino de Vic de 44 primaveras al que buscaban desesperadamente desde que se despidió de su novia en Santa Coloma de Gramenet para ir a trabajar.

Casi un mes a posteriori, un hombre con un huerto a los pies de Can Ruti localizó la capital buscando espárragos. La clan, que prácticamente en solitario, sobre todo las primeras semanas, se había desplazado a Santa Coloma siguiendo el huella de Joan Pere en Santa Coloma y en un par de bares de Badalona, inmediatamente pensó que podría tratarse de su descendiente.

Durante los últimos días, varios forenses del Instituto de Medicina Constitucional y Ciencias Forenses de Catalunya han trabajado coordinadamente con los restos, centrándose en la dentadura. Entre los forenses, varios de ellos que tienen adicionalmente la carrera de odontólogos, han realizado un estudio comparativo a través de imágenes hasta evidenciar la existencia de varias coincidencias identificativas, entre ellas, una fractura muy significativa en uno de los incisivos centrales que presentaba el desaparecido en las fotografías de sus redes sociales.

Los investigadores tienen trabajo por delante. La última persona que presuntamente estuvo con Joan Pere fue un vecino de Santa Coloma que tanto a la clan del damisela de Vic como a varios periodistas les contó versiones diferentes de lo que pasó aquella confusión. Pero la quid ahora es otra. ¿Quién dejó el resto del muerto en esa calle de Gràcia? Es prácticamente inútil que llevara un mes sin que nadie se percatara de su presencia.

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