Las reservas en Semana Santa auguran una temporada histórica a pesar de la subida de los precios


Las holganza de este año durante la Semana Santa nos van a salir más caras. Habrá que rascarse el faltriquera si vamos justos o no hemos ahorrado para realizar una fuga porque el hospedaje, las actividades, la hostelería, todo ha incrementado su precio.

Si a la subida militar le añadimos que hay más demanda durante los días festivos, ya se sabe que lo bueno, atún y asequible será representación difícil encontrarlo. Pero sí hay cosas que siguen siendo injustificado, como pasear con el buen tiempo que parece que hará los próximos días.

Benidorm prórroga colgar el cartel de completo

En la plaza alicantina de Benidorm los hosteleros son optimistas porque las reservas rozan el 100%, pero todavía hay tiempo de realizar las últimas reservas aunque a un precio mayo. Por el momento, quienes quieran comerse una paella contiguo al mar han de retener que en algunos restaurantes el precio sigue siendo el mismo que el año pasado, 15 euros por persona para degustar el plato peculiar valenciano.

Luego de manducar, dar un paseo por la orilla del mar es una de las pocas actividades que se puede realizar sin ponerse un solo euro. Pero se han de dar prisa porque esta plaza será condado anglosajón por la cantidad de ingleses que llegarán los próximos días en búsqueda de un refrigerio.

Pintxos de calidad con pequeñas subidas

Si ya sabemos que ha subido la cesta de la transacción, todavía sabemos que se va a notar igualmente a la hora de manducar fuera. Quien visite Euskadi tiene una actividad gastronómica que no puede dejar tener lugar, ir de pintxopote. Esta tradición consiste en comerse un pintxo y tomar un pote, poco de refrescar, por distintos locales de zonas emblemáticas de la ciudad.

Esta exquisitez culinaria tiene una delicada elaboración que roza el Gloria a cada mordisco y los hosteleros se han trillado obligados a subir poco el precio por razones tan lógicas como que los productos todavía han elevado su coste. Pero que nadie se asuste porque solo han subido unos 10 o 20 céntimos, una cantidad muy disminución para el comensal pero que al restaurador le ayuda para que el negocio sea rentable.

Si lo que preferimos es un turismo más rural que a nadie le parezca extraño que los precios todavía se hayan incrementado, es lo que toca. Una forma de no ponerse tanto delante estas subidas es acortar los días de relax o variar a un destino más financiero. En cualquier caso todo el mundo tiende a considerar que necesita un respiro por eso pese a ponerse poco más a nadie se le atraganta a la hora de hacer una fuga.

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