Aumentan las inspecciones policiales en chatarrerías ante la oleada de robos de cobre


El robo de cobre se dispara entre los ladrones. Es un material que pueden encontrar fácilmente en obras o infraestructuras y que venden luego en el mercado desventurado. Según los Mossos, su objetivo suelen ser las empresas de polígonos industriales, pero pueden sembrar el caos si sustraen este material en grandes infraestructuras como aeropuertos, instalaciones ferroviarias, e incluso depuradoras de agua, donde se ha aumentado el patrullaje.

Patrullaje con la pelotón especializada de la Policía

Vamos en pesquisa de cobre robado. Agentes de los Mossos buscan este material en chatarrerías, donde algunos intentan traicionar pequeñas cantidades. Aquí toda cesión debe restar registrada y los datos se envían semanalmente a la Policía.

En estos registros consta quién es el mercader y la procedencia del material y si se detecta una cesión constante o una cantidad de cobre desorbitada se actúa. Así nos lo explica el caporal Roberto Sáez: “Es un trabajo de hormiguita con esas inspecciones periódicas se tiene controlado quiénes son los vendedores de este material que susceptible de ser robado”.

Revisado el papeleo toca las inspecciones entre toneladas de residuos. Los agentes buscan, por ejemplo, que no haya restos de catenaria, entre todo este material porque el cobre robado puede ocultarse fácilmente entre toda esta chatarra. Las inspecciones en estos locales han aumentado un 132 % en un año.

Las plantas de tratamiento de agua objetivo de los ladrones

Aunque la mayoría de estos ladrones se dedican al menudeo pueden desestabilizar grandes infraestructuras como aeropuertos o depuradoras. Un ataque puede paralizar estas plantas de tratamiento de agua, una situación de suspensión peligro en tiempos de sequía.

Caos en cercanías por el robo de cobre

Las infraestructuras ferroviarias son otro de los puntos de ataque de estas bandas. Se cuelan por agujeros en el vallado o aprovechando la pequeño vigilancia en puntos de la red alejados. Los robos de cobre se han multiplicado y no solo roban catenarias o cables sino cualquier parte del sistema de señalización. Las líneas quedan interrumpidas y encadenan retrasos.

En 2023 se registraron 151 robos o intentos de robo de cable en este tipo de infraestructuras, frente a los 70 de 2022. Este 2024 ya se han producido 13 de robos en Cataluña. Es difícil proteger a miles de kilómetros de vías ferroviarias nos dicen desde la pelotón policial. Robar cableado de cobre puede suponer penas de hasta 5 primaveras de gayola.

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