Medicamentos ilegales a trastazo de clic
Tan desolador panorama le ha empujado a contar su caso en colegios e institutos. Encontrar estos productos y la forma de consumirlos es tan sencillo como un trastazo de clic. Miles de páginas de saldo y tutoriales invaden la red. “Son medicamentos que se fabrican en laboratorios clandestinos sin ningún control retrete. En siete días los tienes en casa. Autónomamente, sin control ni nadie. Es una auténtica vergüenza”.
A Alberto tuvieron que drenarle en muchas ocasiones grandes depósitos de pus. Un acné desbordante que es muy popular entre los consumidores de estos fármacos. El doctor José González, habituado en medicina deportiva advierte del aventura de anexión. Pero lo más demoledor es la retahíla de enfermedades que conlleva su consumo: “infarto de miocardio, ictus cerebral, insuficiencia renal, de hígado… se lo he dicho a todos los secretarios de Estado para el Deporte y todos contestan lo mismo: no tenemos medios para combatirlo”.
“Empecé a consumir esteroides porque era una pupila gordita”
Alejandra nos envía fotos de cuando consumía esteroides. Una mujer en posturas de revista exhibe músculos imposibles. Lo dejó posteriormente de tres abriles de consumo, frente a los pertenencias devastadores: “pérdida del ciclo menstrual, salida de vello por todas partes, cambios orgánicos y genitales… masculinización en común”. Sus comienzos fueron cuestión de imagen: “por la poca aplauso. Desde pupila fui una pupila gordita. No me sentía una pupila muy atractiva”. Lo más provocativo para ella es la facilidad, cada vez más, del acercamiento a estos productos: “las redes sociales son ese foco de infección mental que te lleva a creer que todos son superhéroes de Marvel. Y es en los chavalitos donde más se ha intensificado el uso de substancias”.