“Este año, si no cambia, tiene muy buena pinta”, comentó el empresario azulgrana Francisco Barredo. “En general, los árboles tienen erizos. Se esperan más castañas que en años anteriores”, comenta otro industrial de Valdeorrés, Juan Fernández. “Parece que hay una boa colleita. Los árboles están bonitos y verdes, con muy pocos frutos después de cuatro o cinco años con colleitas muy malas”, confirma Xesús Quintá, presidente de la Indicación Geográfica (IXP) Protegida del Castaño de Galicia.
Todos recuerdan los desastrosos resultados de las últimas campañas y, especialmente, la de 2022, cuando la producción gallega fue un 80% inferior a la de un año normal, siendo la peor cosecha que se recuerda en el sector. Las altas temperaturas de agosto amenazaron con castigar una vez más a algunos productores que observaron con preocupación cómo las hojas de muchos árboles se marchitaban. Afortunadamente, la situación dio un giro radical y las últimas lluvias lograron recuperarlos.
Así son las cosas, en el sector confían en lograr una cosecha “normal en cantidad y calidad”, como señala Juan Fernández. Eso sí, todos los empresarios consultados coincidieron en no retrasar una valoración definitiva hasta el inicio de la campaña, ante la posibilidad de que los frutos escondidos en los erizos no reúnan la calidad necesaria.
Las condiciones meteorológicas no sólo permiten pensar en una cosecha normal, rozando la buena, sino que también adelantaron ligeramente la recolección del fruto. Las circunstancias hacen posible que en Portugal y Pontevedra ya haya comenzado la campaña de determinadas variedades híbridas, aunque las restantes aún tendrán que esperar unos días para ser llevadas a los contenedores de los almacenes, al menos hasta principios de octubre.
Dos años para conocer los daños del incendio
Una de las incógnitas que todavía tardará un par de años en resolverse gira en torno a Los daños que los grandes incendios registrados en el verano de 2022 provocaron en los bosques de la comarca de Valdeorresa y la provincia de Lugo. “Los castaños más afectados murieron y para ver si los demás se recuperan habrá que esperar dos o tres años”, comentó Francisco Barredo. “Se perdió mucho, pero algo volverá”, afirmó Juan Fernández.
Otro factor que también influye negativamente en la producción de castaña es la plaga de avispas del castaño (Dryocosmus kuriphilus). La actuación del Departamento de Medio Rural y la liberación del insecto depredador (Torymus sinensis) consiguió frenar su avance y reducir significativamente su incidencia. “La avispa está en clara retirada. Hay mucho Torymus, aunque habrá picos algunos años”, comentó Juan Fernández. “La avispa parece estar bajo control. O finge o Torymus”, añadió Xesús Quintá.
En cualquier caso, habrá que esperar hasta el inicio de la próxima campaña para saber si la humedad y las altas temperaturas de los últimos días no han provocado la aparición de hongos en el fruto y comprobar si su calibre mejora respecto al mismo. a otros años.