La errata de civismo se une a la mugre en Ourense
Hay lugares en esta ciudad por los que no se puede pasear. Calles empapeladas con varias capas de carteles que nos recuerdan que todo vale en una ciudad que se cae a pedazos. Las pintadas ganan ámbito y da lo mismo si estamos hablando de patrimonio protegido que de casas particulares. Todo sirve para la cartelería circunscrito, los grafiteros aburridos, partidos políticos incoherentes y los que se desahogan vandalizando el espacio urbano. No es poco nuevo, pero lo sorprendente es que no tiene posibilidad, porque actividades que promueve el propio concello de Ourense utilizan los espacio públicos para anunciarlos. Luego, ¿una grupo del concello anuncia un acto en el Asistencia sembrado de carteles la ciudad y otra tiene que ir detrás quitándolos? Es una situación de locos la que vivimos los vecinos, que tenemos que resignarnos a residir entre la mugre y el feísmo, porque quienes tienen que dar ejemplo son los primeros que lo incumplen.
Raúl L. Seco (Ourense)
Mejor conveniencia de lo sabido
Esta caseta metálica de la Diputación en buen estado de conservación lleva muchos abriles tirada en este sitio y seguramente se podía arrostrar a algún pueblo donde es muy probable que le venga muy proporcionadamente para los niños cuando esperan el autobús escolar.
Manuel Diz Vázquez (Xinzo de Limia)
Al menos que los niños tengan luz para retar
En todo el morería de As Lagoas hay una escasez total de zonas en las que los niños pueden retar y divertirse. Frente a esta situación muchos se desplazan a la zona del Campus Universitario, al flanco del edificio politécnico. El problema es que el alumbrado sabido es deficitario y en muchos casos no funciona. O hacen más zonas de movilidad o por lo menos que se preocupen de que en esta zona el alumbrado funcione mejor.