Llamada a ser la sucesora de las hermanas Serena y Venus Williams, la joven afroamericana de Florida ascenderá el lunes al número 3 del mundo tras un partido para el recuerdo en el Arthur Ashe Stadium de Nueva York, marcado por su histórica victoria.
“Hoy es el primer día que veo llorar a mi padre, pero no quiere que le diga…”
Tras el duelo, Gauff tuvo un contundente mensaje a quienes dudaban de si algún día llegaría a la cima: “Sinceramente, gracias a la gente que no creyó en mí (…) Hace un mes gané un WTA 500 (Washington ) y hubo gente que dijo que todo se quedaría ahí. Hace dos semanas gané un Masters 1.000 (Cincinnati) y hubo gente que dijo que eso era lo máximo que ganaría. Tres semanas después, estoy aquí con este trofeo (.. .) a todos los que creían que estaban echando agua sobre mi fuego, en realidad estaban echando gasolina sobre él, y ahora estoy ardiendo muy brillante.”
La joven estadounidense también reconoció que este triunfo le quitó la espina clavada de la final de Roland Garros que perdió en 2022 ante la polaca Iga Swiatek. Sin embargo, Gauff defendió que las “turbulencias” que Dios puso en su camino hacen de este un triunfo aún “más dulce”. La afroamericana de Florida también agradeció a sus entrenadores, el español Pere Riba y el estadounidense Brad Gilbert.
Heredero de Venus y Serena
Tuvo palabras de agradecimiento para su familia: “Hoy es el primer día que veo llorar a mi padre, pero no quiere que le diga…”, bromeó. “Gracias, creyeron en mí desde el principio. Vine a este torneo y me senté allí viendo competir a Venus y Serena. Así que es increíble estar en este escenario ahora”, añadió en la cancha.
Asimismo, elogió a su rival, Sabalenka, a la que definió como una jugadora “increíble” y que aseguró merece ser la número 1 de la WTA.
Gracias a Billie Jean King.
Antes de levantar el trofeo, contó que su hermano no había atendido su llamada telefónica tras ganar la final y posteriormente, cuando recogió su cheque de tres millones de dólares como campeona, agradeció a la legendaria Billie Jean King, presente en la ceremonia y que peleó. Hace 50 años para que los premios en metálico para mujeres y hombres en el US Open fueran iguales.