Luis se tatúa en honor a las cirujanas que le salvaron la vida tras una operación de 13 horas: “No me quedaba otra”


Nuestra buena mensaje de hoy es muy peculiar. La protagonizan Luis y el equipo de cinco cirujanas del Hospital Desconocido de las Nieves de Bomba, que le han rescatado la vida.

Luis tenía un tumor muy extendido y le habían cedido un mes de vida, pero las cirujanas que vemos en las imágenes que acompañan esta mensaje le sometieron a una arriesgada operación de 13 horas. Ahora, un año y medio a posteriori de su diagnostico, está curado.

“Me he tatuado una cruz por cada una de ellas”

Este martes ha sido un día de refriega, puesto que ha visitado el hospital. Por otra parte, nos ha enseñado el remembranza que se ha tatuado en honor a estas cirujanas que le salvaron la vida: “No me quedaba otra que tatuarme, evidentemente, en mis dedos la cruz que ellas aguantaron por mí. Me he tatuado una cruz por cada una de ellas, de las cinco, y no todo el mundo tiene el valencia, que son las literatura que llevo debajo de mi tatuaje, el valencia que han tenido ellas”.

Tal y como cuenta ‘Ideal’, Luis es almeriense, natural de Pulpí, y padecía un tumor en el estómago y el esófago con un pronóstico de, como mayor, un mes de vida.

La historia de Luis comenzó el 22 de marzo de 2022, cuando notó un válido dolor en el hombro a posteriori de ofrecer un concierto, relata el citado medio. En un primer momento, tras comparecer al médico, se pensó que podía ser una contractura. Le dieron un tratamiento, pero no sirvió de carencia, puesto que un día se levantó viendo doble y se desplomó.

“En el hospital me dijeron que era pulmonía. Me pusieron un tratamiento muy agresivo y mejoró el dolor del hombro, pero al tomar empecé a comprobar que me atragantaba. Así hasta que el 11 de julio de 2022, otra tenebrosidad en un concierto, bebí agua y empecé a confesar. Luego me comí un helado de turrón como si carencia, me sentó adecuadamente, pero al día sucesivo fui al médico, por si fortuna, y planteó que tuviera una hernia o una úlcera”, cuenta Luis a ‘Ideal’.

Tras esta ‘ida y venida’ de diagnósticos, Luis buscó otro médico por su cuenta. Cuando le contó los informes de su tribu, su padre falleció de cáncer de pulmón y sus abuelos y varios de sus tíos de cáncer de estómago y próstata, le mandó hacerse una ecografía. Con esta prueba se supo el diagnosis definitivo: Luis tenía un tumor en el estómago y el esófago que le cubría “todo el cuerpo”.

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