Los resultados se han extraído de las respuestas de una muestra de 4.024 chicos y chicas de entre catorce y diecisiete primaveras escolarizados en setenta centros educativos de toda España y distribuidos de forma representativa entre todas las comunidades autónomas.
El estudio, liderado por la directora del Colección de Investigación en Victimización Pueril y Adolescente de la Universidad de Barcelona, Noemí Pereda, categoriza las formas de victimización sexual más frecuentes entre la adolescencia española.
La violencia electrónica es la más frecuente
La violencia electrónica es la más frecuente (12,1%) y la reportan un 5,9% de los chicos y un 18,3% de las chicas. Le sigue, con un 8,8 %, la victimización sexual por pares (entre iguales), afectando a un 5,9% de los chicos y un 11% de las chicas.
A continuación, aparece la victimización sexual con contacto físico por parte de adultos, que alcanza el 3,1% y afecta de forma similar a chicos y chicas. Por postrer, la explotación sexual que supone el intercambio de sexo por recompensas, como obsequios y mosca, afecta a un 2,6% y es similar en chicos y chicas.
En el caso de los chicos, algunos tipos de victimización fueron significativamente más frecuentes, como es el caso de la victimización sexual con penetración o sexo verbal por parte de una persona adulta conocida (1% frente al 0,3% de las chicas) y desconocida (1% frente al 0,4% de las chicas), así como la explotación sexual con penetración (1,2% frente al 0,5% de las chicas).
Y en cuanto a la victimización sexual con contacto físico ejercida por adultos conocidos, fueron los padres las principales figuras que cometieron la victimización (tocamientos, sexo verbal o penetración) seguidos de otro franco adulto.
En cuanto a la victimización sexual física ejercida por iguales o menores de existencia, las agresiones más frecuentes proceden de compañeros y compañeras o de amigos y amigas del colegio, seguido de otros chicos y chicas que no forman parte del núcleo franco.
Sobre la vía de contacto con las víctimas, destaca que la más habitual es el contacto en cuerda para la vivientes de materiales de carácter sexual frente al contacto en persona. En este tipo de explotación sexual, el contacto se hizo mayoritariamente a través de redes sociales. En los casos de explotación con tocamientos, penetración o sexo verbal, lo más frecuente fue el contacto en persona ya fuera en la calle, el centro educativo o en el hogar.
Importancia del estudio
Los estudios llevados a angla hasta el momento sobre violencia sexual son retrospectivos y no extrapolables al resto del país.
“La violencia contra la infancia y la adolescencia tiene su saco en la desigualdad en función de la desproporcionalidad de existencia entre víctima y victimario y no en función del categoría de sus víctimas, si adecuadamente, desde una perspectiva interseccional, el categoría incrementa el aventura de violencia sexual en las niñas y adolescentes”, indica la directora del estudio, que señala que un problema importante y muy poco estudiado en España es la explotación sexual, que afecta a un 2,5% de las chicas y un 2,3% de los chicos.
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