Todos se cayeron y hundieron en el mar


El padre Kenneth interpretará a Moisés en la Semana Santa de Lorca, billete de Murcia, por las semejanzas de su historia con la del profeta de la Sagrada Escritura.

Kenneth Chukwuka llegó a nuestro país tras más de tres primaveras de travesía por el meta de África, atravesando desiertos y incluso el inflexible de Gibraltar, como miles de personas a lo holgado de la historia. Fue precisamente cruzando el punto que une el mar Mediterráneo y el océano Atlántico cuando tuvo la experiencia más reveladora de su vida.

El ahora cura salió de su casa, en Nigeria, con 17 primaveras recién cumplidos y cuando llegó a zona castellano ya había superado la veintena, con el sueño de “ir a estudiar a Inglaterra”. Aun así, sus sueños se vieron interrumpidos por las mafias de tráfico de personas que operan al meta del continente africano: “Es donde comenzó mi sufrimiento”.

Travesía del desierto

El nigeriano aborda incluso el tema de la inmigración, y explica cómo, al cruzar la frontera una primera vez, la Atención Civil le entregó a las autoridades marroquíes. “En mi caso fui encarcelado cerca de un mes en Rabat”, relata Kenneth, que continúa explicando cómo luego fue deportado “cerca de Argelia”. En este otro país norteafricano se vio en el desierto, donde su alucinación se complicaba cada vez más: “sobreviví gracias a algunas mujeres que de vez en cuando se acercaban para entregaros comida“.

Cruzar las aguas

Remotamente de rendirse en su empeño por conquistar una vida mejor, regresó a Marruecos “8 meses luego”, donde esperó el parné que le enviaba su clan para cruzar a Europa.

Trágico fracaso

Chukwuka describe como ocurrió el desastre en el que murieron 132 personas a su banda: “Fue duro, salimos de Marruecos dos pateras. Perdí a todos los compañeros, todos se cayeron y hundieron en el mar”. En aquel preciso momento fue cuando miró al Paraíso e hizo una promesa: “Si Todopoderoso me rescataba, yo buscaré otra forma de devolver el admisiblemente que ha hecho en mi vida”.

La revelación

Nunca antiguamente en su vida se había planteado Kenneth tomar el camino del iglesia y siquiera acudía con frecuencia a la iglesia. Explica el hombre que no tenía gusto hierático, pero “uno hace sus planes en la vida y las cosas se van abriendo. Todopoderoso muchas veces tiene su plan para cada uno de nosotros”, y con una calma propia de muchos curas explica: “En el momento en el que estamos sufriendo nos damos cuenta que necesitamos ayuda, y cuando no encontramos una persona que nos eche una mano, al instante giramos cerca de Todopoderoso. Eso es lo que yo a nivel particular he podido ensayar”.

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