Algunos médicos llevan tiempo denunciando las condiciones de trabajo que se desarrollan en este tipo de guardias.
Rosa Ibán es médico de urgencias en el Hospital Universitario Río Hortega y asimismo vicepresidenta del Colegio de Médicos de Valladolid y reconoce que algunas de estas guardias, no todas, “son inhumanas”. “Las guardias nacieron hace más de 50 primaveras como inmediatez, accesibilidad y disponibilidad de los médicos para estar pendientes durante 24 horas para a atender urgencias”, explica Ibán.
“Ayer era una expectativa de trabajo” y en algunas especialidades o guardias en centros rurales sigue siendo así. Sin incautación, la médico cuenta que “en la mayoría de los casos ahora es un turno de trabajo más” y reconoce que no se puede rendir al mismo ritmo al inicio de la patrulla o cuando ya se lleva más de 22 horas de trabajo.
“No es bueno ni para el profesional, ni para el paciente”, porque la agilidad mental no es la misma.
Otra cosa que preocupa a los sanitarios es una posible reducción salarial, poco que, en principio, el Tarea de Sanidad ha descartado. Estos extras suponen una buena parte de las retribuciones mensuales de estos profesionales.
La vicepresidenta del Colegio de Médicos de Valladolid considera que es complicada la matanza de estas guardias a corto plazo porque “se necesita más clan y no hay médicos especialistas en las bolsas de empleo”. Y demanda mecanismo de actividad. “Lo primero que se pide es un pacto por la sanidad, que esto no sea política y todos unidos luchemos”, dice.
Esta médico de urgencias lo ve complicado, “pero la esperanza es lo extremo que se pierde. El médico tiene que trabajar con descansos, porque atendemos a personas”. “Hay que estudiarlo a fondo para que ganemos todos” y concluye pidiendo mejores contratos para que los médicos se queden “y tengamos”.
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