Fue creado en el año 2008 pero ahora deja sin servicio a unos 60 usuarios al menos durante un mes hasta que lo asuma la Xunta, que se tendrá que hacer cargo. El propio Concello consintió que la prestación cayese desde los 400 menús diarios a los 60 de la contemporaneidad.
Las situaciones de soledad y de dependencia de personas mayores siguen siendo cada vez más evidentes en la ciudad, pero no siempre la institución restringido tiene la sensibilidad que debiera.
Lo más hacedero es cargar las tintas contra el gobierno de la ciudad y hacerle responsable de este nuevo desaguisado, pero sería injusto. Solo es culpable de no tener siquiera un software social, una estructura administrativa conforme a las demandas, la sensibilidad que se le exige para atender a los necesitados y no ser capaces de otorgar este servicio en tiempo y forma. Total, mínimo.