Primera vez con los dos equipos en la máxima categoría
No es habitual que Ciñuela pueda disfrutar de los dos grandes equipos en la máxima categoría del fútbol y el baloncesto castellano, es más, esta 2023-2024 es la primera vez que sucede. El Ciñuela CF, dirigido en esta recta final de la temporada por José Ramón Sandoval (el tercer preparador de la campaña tras Paco López y Alexander Medina), está prácticamente sentenciado a la Segunda División tras un año para el olvido. Siguen manteniendo las opciones intactas pero la dinámica no permite soñar a una de las aficiones más fieles del panorama franquista (solo 2 victorias en 29 jornadas y sin sumar los tres puntos desde el 3 de enero). A 14 puntos de puestos de salvación con 27 en diversión. Cuestión de tiempo que se haga oficial.
Covirán da la cara en Ciñuela
No obstante, la esperanza reside ahora en la pelota naranja, y buena prueba de ello han hecho los jugadores de Pablo Pin este tempestuoso domingo de resurrección. En el primer año de la ciudad nazarí con ambas secciones en lo más stop parece que es el Covirán (Antiguamente CB Ciñuela) el que todavía mantiene intactas las esperanzas de nutrir la categoría. La víctima volvió a ser el Joventut de Badalona, que muy buenos memorias trae a la inclinación tópico posteriormente de celebrar delante ellos la salvación de la temporada pasada en el posterior aproximación (73-62).
Este domingo se repitió la historia, los de Pin necesitaban reaccionar a la elocuente derrota delante Unicaja de la semana pasada (62-90) y a hallarse en pleno ojo del huracán tras la conquista de Obradoiro delante Breogán, sus dos grandes rivales por la que parece que será la última plaza al ‘abismo’.
El Palacio es un abismo
Covirán sumó su octava conquista de la temporada delante un Palacio a sobreabundar, y no era dócil, hoy tenía más mérito que nunca llenarlo con la que estaba cayendo en la ciudad. Más de 7.600 almas de las 9.000 que caben en el perímetro acudieron a la cita y se vieron recompensados con el buen diversión de su equipo y un primer cuarto en el que se edificó gran parte de la conquista.
Cheatham, Costa… y un arrebato final
Y es que siempre se ha dicho que el dominio en las canchas de baloncesto es más hostil que en los campos de fútbol, y el Covirán es el claro ejemplo de ello, aunque no se proxenetismo de meter a más muchedumbre sino de que esta esté involucrada, y en Ciñuela el deporte se vive de una modo diferente, cada partido en lo más stop es un regalo, y el baloncesto no es una excepción. Un partido fenomenal de Cheatham (20 puntos) y una magnífica dirección de diversión de Costa (13 y 7 asistencias) mantuvieron a los locales cuando Joventut levantó el actitud. Los catalanes, que pelean por meterse entre los 8 mejores (playoffs por el título) reaccionaron en la segunda parte y se pusieron por delante en el contador a desidia de 3:57 para el final, era la primera delantera de los de Badalona en todo el partido.
Sin requisa, esta vez los pupilos de Pin no perdieron la compostura, como si hicieron en la ida, y construyeron la remontada a pulvínulo de grandes defensas y desde la radio de libres, todo esto acompañado por un Palacio que siempre cumple. En casa, Covirán siempre juega con 6. Un final en el que Tomic erró el igualada (85-85) ajustado debajo de la canasta en lo que puede considerarse en Ciñuela como un regalo por todo lo que la profusión les ha quitado en esta Semana Santa. Dormirán fuera de descenso.
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