«Es muy difícil que España sufra una epidemia de fentanilo como la de Estados Unidos»


Las figuras son muy elocuentes. De 2014 a 2020 ha habido 28 ingresos a tratamiento por consumo de fentanilo frente a 79, solo por detrás de mefedrona (102). Además, la última Encuesta sobre Alcohol y Drogas en España (Edades), del Ministerio de Sanidad (2022), señala como novedad: «La codeína y el tramadol son los analgésicos opioides que presentan una mayor prevalencia de consumo entre la población de edad avanzada». 15- 64 años. Aunque, en ambos casos, su consumo ha disminuido a favor del fentanilo y otros opioides”.

Un 14% afirma haberlo tomado al menos una vez en su vida, según datos de 2022. En 2018, esta cantidad era solo del 1,9% en España. Se ha multiplicado por 7,4 en sólo cuatro años.

Un informe de la Comunidad de Madrid señala que en 2017 ocho personas siguieron tratamiento por abuso o dependencia de fentanilo y sus análogos (4 en 2016 y 2 en 2015), registrándose un fallecimiento por reacción aguda al consumo de sustancias psicoactivas en el que se identificó fentanilo junto con otras sustancias (4 en 2016 y 2 en 2015).

José Cabrera, el prestigioso psiquiatra forense, exdirector de la Agencia Antidrogas de la Comunidad de Madrid y experto de la Agencia Española del Medicamento, formó parte hace dos décadas de la comisión que decidió que el fentanilo debía administrarse con receta médica.

“Lo que está pasando en Estados Unidos (con esta droga sintética) es una epidemia pero no tiene nada que ver con Europa, porque aquí el sistema opiáceo está muy garantizado. Casi no hay fentanilo en el mercado negro”, dice.

«Lo que pasa es que algo se ha colado y hay un pequeño repunte de gente que estaba tomando morfina o heroína y se ha pasado al fentanilo. Es muy difícil que esto prospere en nuestro país», sentencia. La mayoría del fentanilo es de dos tipos: anestésicos quirúrgicos y parches. “Al final te puedes enganchar”, admite, en relación a los pacientes a los que se lo receta un médico. Y su uso ilegal lo compara con el ‘speedball’, en el que se mezcla cocaína con heroína.

Para Cabrera, “la mefedrona es un problema, está haciendo estragos aquí; se usa en fiestas y es muy potente y adictivo”. Lo consumen, digamos, personas normales, y es más potente que las anfetaminas y puede tener efectos afrodisíacos, de ahí el llamado ‘chemsex’: «La mefedrona está subiendo mucho.

El fentanilo, detalla, es muy diverso, “hay muchas moléculas, muchos fármacos”. «He encontrado casos de personas que no pueden dejar de usar su parche de fentanilo, sino porque les duele. Padecen artritis reumatoide, cáncer…», pero, añade, «lo que hay es un pequeño pico» en su maltrato, nada preocupante, en la sociedad española. Al menos por el momento.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *