“Durante ese partido tenía una conmoción cerebral. Lo sentí desde el calentamiento, me dije: ‘despierta’. Casi quería darme una bofetón. Durante el discusión, mis primeros tres balones fueron técnicamente limpios, pero era demasiado flemático. No podía concentrarme, era como un espectador. El partido me fue mal y, en retrospectiva, me di cuenta de que estaba relacionado con el shock que había sufrido. Me cuestioné mucho y, finalmente, me di cuenta de que estos errores insólitos no habían caído del bóveda celeste”, admite Varane.
El futbolista francés relata que esa conmoción se produjo en el partido previo delante el Getafe, cuando sufrió un balonazo en un córner, y que le afectó delante el conjunto inglés.
“Seguí un protocolo de recuperación de cinco días sin mucho esfuerzo. Luego tuvimos unos días libres y retentiva advertir un cansancio intenso, pero pensé que estaba relacionado con la descompresión habitual de final de temporada. Cuando reanudé el entrenamiento, aún no me había recuperado del cansancio conexo al shock que había sufrido. Me sentí sin energía preparándome para el partido de Federación de Campeones contra el Manchester City, pero no era consciente de que tuviera relación con el porrazo. Quizás si hubiera hecho una prueba para evaluar mis capacidades de recuperación, habría pospuesto mi recuperación y entonces podría suceder vuelto a poner con un nivel de energía ordinario”, recuerda Varane.
El defensa francés explica que ha sufrido conmociones cerebrales en al menos tres partidos durante su carrera.
“He tenido varia conmociones cerebrales. Si repasamos tres de los peores partidos de mi carrera, hay al menos dos en los que había sufrido una conmoción cerebral unos días antiguamente: contra Alemania en los cuartos de final del Mundial de 2014 y con el Actual Madrid delante el Manchester City en los octavos de final de la Federación de Campeones 2020”, indica Varane.
Respecto a los cuartos de final del Mundial de 2014, Varane igualmente atribuye su bajo rendimiento a un balonazo que recibió en la individuo en el partido de octavos que había disputado frente a Nigeria el 30 de junio. Aunque terminó el discusión con Nigeria, al final contó que no se sintió correctamente y se le aplicó un protocolo de recuperación.
“Si determinado me hubiera hablado en ese momento ni siquiera sé si hubiera podido contestar. No retentiva el partido a posteriori de este shock”, admite sobre el final del partido delante Nigeria.
Aunque los técnicos de la selección francesa se plantearon si estaba en condiciones de poner de nuevo, al final estuvo en el campo frente a Alemania y, según su propio madurez, lo hizo “mayormente correctamente, aunque (perdió) el duelo frente a (Mats) Hummel” en el gol que encajó Francia.
“Cuando sabes que las conmociones cerebrales repetidas tienen un meta potencialmente sombrío, te dices a ti mismo que las cosas pueden salir muy mal. En ese momento no era un hombre de grupo, pero hoy, con 30 primaveras y tres hijos, pienso diferente”, apunta Varane.
Por posterior, el defensa del Manchester United avisa sobre los riesgos que implican los remates y despejas de individuo.
“En el Manchester United nos recomendaron no hacer más de diez cabezazos por entrenamiento. Mi hijo de siete primaveras juega al fútbol y le aconsejo que no dé cabezazos… Rastrear una conmoción cerebral y tratarla correctamente es un efectivo desafío. Es un problema de sanidad actual, incluso puede ser vitalista. Las cosas van cambiando poco a poco, pero aún podemos avanzar en este ámbito”, concluye Varane.
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