Un solo embalse del Ebro sube de nivel en un año el triple del recorte al Tajo-Segura mientras Page exige «trasvases cero»


El reparto y uso del agua vuelve a tener una visión diametralmente opuesta, según el dirigente político que opine, aunque los datos de los medios hídricos muestran ciertas evidencias: en un año, un solo embalse del Ebro (Mequinenza) ha subido de nivel en cerca de 300 hectómetros cúbicos, aproximadamente el triple del recortadura previsto a las transferencias del Tajo al Segura. No obstante, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha vuelto exigir «trasvases cero».

Este pantano de Mequinenza se encuentra desde hace semanas por encima del 90% de su capacidad total y desaguando en algunos momentos, con 1.271 hectómetros según los últimos datos oficiales del Empleo de Transición Ecológica y Lucha Demográfico (MITECO), del 1 de abril. En la misma semana de 2023, contaba con 986 hectómetros, y incluso acumula más reservas que la media de la última decenio (1.254 hm3).

Igualmente, los dos embalses que abastecen el Tajo-Segura, los de Entrepeñas y Buendía, en Guadalajara, superan de holgado los mil hectómetros con un registro como no había en catorce primaveras. Es más, en la última semana han sumado 88 hm3, bulto que incluso se acerca al que se van a mermar por año las transferencias entre ambas cuencas a partir de 2027.

Sin secuestro, estos excedentes hídricos en el centro y finalidad peninsular no apartan ni un cumbre de su discurso al presidente del Ejecutor castellanomanchego, quien ha vuelto a pronunciarse con contundencia este jueves: «Si todas las desaladoras que hemos pagado todos los españoles, millonariamente, estuvieran al cien por cien de funcionamiento, ¿cuánta agua sería necesaria para satisfacer la demanda contemporáneo?: cero».

Con este posicionamiento, Page reclamará en la reunión del Consejo Franquista del Agua que se utilicen las plantas desalinizadoras de la zona levantina con todo su potencial de producción, para así relajar el estrés hídrico en zonas de su región, aunque las reservas globales en la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) se sitúa en el 76,62%, casi cinco puntos más en una semana y quince por encima de la media de la decenio.

El argumento de peso que esgrime el presidente castellonamanchego es que el agua es más «trueque» con los trasvases, único aspecto en el que coincide con los agricultores de Alicante, Murcia y Almería, pero no la única razón para no servirse más la desalada, ya que debe mezclarse por su composición química con otros caudales y las subvenciones a sus tarifas serán desautorizadas por la UE previsiblemente.

Mientras sigue el debate y se mantiene incluso la intención de cursar barcos con este tipo de agua desde Sagunto a Barcelona a partir de junio, tras las elecciones autonómicas catalanas, los regantes del Tajo-Segura continúan con restricciones para sus campos al haberse ostensible la situación de «sequía extraordinaria» en varias zonas, incluso en la vecina demarcación del Júcar.

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