Un mediador ha condenado a un masajista de Sant Pol de Mar, en el Maresme, por tres delitos de despotismo sexual, pero no tendrá que entrar en la prisión. La condena es una consentimiento de 14.400 euros y una indemnización para las víctimas de 7.500 euros en total. Encima, tendrá que estar dos primaveras sin profesar de fisioterapeuta.
Según explica el diario Ara, las tres mujeres denunciaron al masajista por las prácticas que realizaba. Para tratar unas molestias en la espalda se desnudaba, les tocaba los pechos, se subía a la camilla, las abrazaba y les daba besos. Les decía que así “las desbloqueaba sexualmente”.
Según el mediador, la talante del condenado se apartaba clarísimamente de la correcta praxis profesional y respondía a claros impulsos libidinosos, que derivaron en tocamientos que ninguna de las víctimas había consentido. La defensa del fisioterapeuta ya ha presentado un memorial contra la sentencia.