«La amnistía dejó de ser imposible en dos días, como pasará con el referéndum»


Emilio V. Escudero

El troleo que Pere Aragonès pretendía tolerar a lado con el Partido Popular en la Comisión Universal de las Comunidades Autónomas, como él mismo anunció hace solo unos días, se convirtió, en existencia, con un troleo al Partido Socialista, al que dejó en evidencia durante su intervención, al memorar que muchos de sus dirigentes -nombró a Miquel Iceta, Salvador Illa o el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez- decían que la gracia era difícil y que ahora ya no lo es. «Ahora, la amnistia es necesario, como lo van a ser el referéndum y la financiación singular», amenazó.

El suyo fue un discurso sin novedades, pero que dejó claro el cambio de opinión que el resultado electoral, y no la búsqueda de la convivencia, obró en el socialismo. «Presente ahora lo que decía Illa -«Ni gracia ni falta de eso»- y igualmente Iceta. Hay muchos ejemplos del Gobierno, del PSOE… igualmente por supuesto de dirigentes del PP y Vox, y todos decían que era inconstitucional, que no tenía cabida. A dos días de las elecciones Pedro Sánchez manifestó que el independententismo quería gracia y referéndum, pero que no habia habido gracia ni referendum. Pues perfectamente, de un día para otro la gracia dejó de ser inconstitucional e difícil como pasará con el referéndum. Sufragar quia puede ser un delito», señaló Aragonès.

El presidente de Cataluña reiteró que «tras la aprobación necesario de la gracia» llega el momento del referéndum, pero sin ver la primera como un punto de reconciliación. Al contrario. «Quia olvidaremos la violencia contencioso y los abriles de calabozo y de confinamiento», señaló en narración a Puigdemont, Rovira, Comin y otros catalanes huidos de España.

Aragonès reseñó que, adicionalmente de la gracia y del referéndum, «se debe negociar a la vez una financiación singular para Cataluña», otro de los asuntos que el dirigente de ERC ha puesto sobre la mesa, sin que el Gobierno se haya inhábil a ello. «Por mucho que griten, seguiremos defiendo los derechos de los catalanes. Nadie nos da miedo. Es nuestra obligación defenderles del odio y el desprecio» y del estrangulamiento crematístico que considera que sufre la comunidad. Un deuda de 22.000 millones que quieren que el Estado enjugue con una negociación singular para Cataluña.

[Habrá ampliación]


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