Este lunes era un día histórico para Sevilla. Arrancaban las obra del primer tramo de la lista 3 ártico del metropolitano. La carpa para el acto institucional estaba instalada en el paseo de la calle Agricultores, en el ciudadela de Pino Montano. A un banda y al otro del paseo se han concentrado un orden de vecinos, unos abucheando al presidente, Pedro Sánchez, y otros protestando al corregidor, José Luis Sanz.
En la comitiva de Sánchez llegaba todavía el ministro de Transportes, Óscar Puente, y la ministra de Viviendas, Isabel Rodríguez, yuxtapuesto al delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández. Cuando Pedro Sánchez tomó la palabra llegó el alarido: «Traidor». A veces se hacía ficticio escuchar su discurso por los altavoces. Al término del acto se ha escuchado algún alarido incluso para Puente y su famosa administración de las redes sociales: «Bloquéame en Twitter».
No es la primera vez que Sánchez es recibido en Sevilla de esta forma. En un acto de campaña celebrado en este ciudadela en 2022, tradicional feudo socialista en la caudal hispalense, numerosas personas todavía recibieron a Sánchez con pitos y abucheos. El presidentes respondió entonces: «Gracias a todos por el vestíbulo, incluso todavía a aquellos que muestran tener muchos pulmones… Pero no nos van a esconder, no nos van a callas, vamos a explicar todas las cosas.
Los vecinos y sus protestas han sido los grandes protagonistas esta mañana, por encima incluso de los políticos, que no han faltado nadie para la foto. Igualmente ha habido protestas contra el corregidor, José Luis Sanz, para que no retire el sistema de recogida neumática de basura. Las proclamas contra Sanz sólo eran interrumpidas por los aplausos a los dirigentes socialistas como Antonio Muñoz, el exalcalde de la ciudad, o el sevillano Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, contemporáneo vicepresidente del Congreso de los Diputados, hombre musculoso de Pedro Sánchez que en su día ocupó el cargo de delegado de Urbanística en el Consistorio.