La propuesta a la Unesco de la Ribeira Sacra se lo juega todo al agua como factor singular



La candidatura de la Ribeira Sacra se lo jugará todo a su paisaje cultural del agua para ser Patrimonio de la Humanidad. Los cañones del Miño y el Sil, el microparcelamiento del demarcación en las riberas y el beneficio del agua son los ases con los que se pretende hacer única la propuesta, tal y como explica Mario Crecente, arquitecto y coordinador de la candidatura.

Crecente detalla que, para que cualquier sitio pueda ser introducido en la tira del Patrimonio mundial, tiene que tener “un valía extraordinario universal”. En la Ribeira Sacra, este es el “paisaxe cultural” del agua, poco que es la misma esencia de la candidatura. Los títulos que sustentan la propuesta “non son dun obxecto monumental, ou dun xardín histórico, ou dun espazo natural. É a construcción do demarcación durante moitísimos anos”.

La nueva óptica nace “a raíz dos informes que se emitiran por parte dos organismos asesores”, como el Icomos, en el primer intento de la candidatura, que se congeló en 2021. Tras contactar con expertos internacionales, “comezouse a avaliar que en torno á construción do demarcación, baseada en todos os tipos que a auga presenta, había unha oportunidade”. En esto tuvo que ver el avenencia internacional WateRScapes, celebrado en el parador de Santo Estevo para relanzar la Ribeira Sacra como pretendiente a Patrimonio mundial.

La esencia del reenfoque

El coordinador de la propuesta relata que, ahora, solo se postura por uno de los criterios que se deben cumplir (por lo menos uno) para ser Patrimonio de la Humanidad. “É o criterio 5, de construción territorial da paisaxe. Antaño iamos ademais cun criterio de sacralidade e outro de monumentalidade”, abunda, pero “cedido o crónica do Icomos, considérase que nos faría máis difícil seguir adiante”.

Ahí está la esencia del nuevo planteamiento. “Antaño levabamos unha extensión do espacio máis distribuída, co que chamabamos exoámbitos”, dice Crecente: “Ademais dos cauces, outra serie de obxectos, monumentos e lugares. Pensabamos que axudaban”.

El nuevo núcleo de la candidatura es otro: “Renunciamos a eses instrumentos”, dice sobre los exoámbitos, “aínda que están na testimonio de Ben de Interese Cultural e van seguir sendo valorados e protexidos”. El expediente se centra ahora en los las riberas. “Son uns 69 quilómetros de cauces de ríos e terrazas, unhas 16.000 hectáreas”.

En el inventario de la candidatura figuran cerca de 500 cursos fluviales con sus instrumentos asociados: “regos, prados, sequeiras, muíños…” El paisaje cultural está “vivo”, y por eso se recogen todavía las últimas construcciones, como los embalses construidos en los XX. Asimismo, los bancales “son protagonistas” con unas 96.000 parcelas que tienen la misma superficie que hace 1.100 primaveras, menos de 400 metros cuadrados. “É unha das grandes singularidades”, observa el coordinador.

Comparativa internacional

Tras el WaterSCapes, el equipo redactor del expediente llegó a la conclusión “de que as paisaxes de auga están infrarrepresentadas, o tipo de paisaxe que adoita estar máis representado ten máis que ver coa yerro de auga”, afirma Crecente. Es proponer, con la captura, almacenamiento y papeleo del solicitud. En la Ribeira Sacra, el ejemplo es el contrario: sobra. Así, se reconsideró “como se xestiona ese exceso e como iso intervén na forma de organizar o entorno”.

Actualmente, trabajan en analizar comparativamente otros sitios Patrimonio de la Humanidad “para documentar a nosa singularidade”. Sobre si es animoso en cuanto a la inclusión en el lista de la Unesco, el coordinador de la candidatura cita dos baluartes: la testimonio de BIC (“xa se valorou na candidatura precursor”), la “experiencia de xestión do demarcación” y, a mayores, que se están mejorando “as cuestións da billete”, por ejemplo, de vecinos.

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