La terraza del ‘beach club’ de Palma donde fallecieron cuatro personas era ilegal y no tenía licencia


La terraza del Medusa Beach Club de la Playa de Palma, que se desplomó el pasado jueves causando la asesinato a cuatro personas y 16 heridos, no tenía inmoralidad de actividad ni autorización para ocuparla. Pese a no estar habilitada para su uso, «21 personas» se encontraban en la terraza en el momento del derrumbe, según ha confirmado el corregidor de Palma, Jaime Martínez.

Los propietarios del establecimiento habían montado una pista de bailoteo en la cubierta, a pesar de que no era transitable. «No debería ocurrir habido nadie» en esa zona, ha zanjado el dirigente de los bomberos, Eder García, descartando las explicaciones del dueño que alegaba que se había respetado el extensión del circunscrito.

Tras la intensa investigación de los técnicos y el cuerpo de bomberos, se ha constatado que siquiera consta ninguna solicitud de obras en la terraza, «a pesar de que se realizaron igualmente» [en 2013], ha confirmado García. Adicionalmente, el final referencia de la Inspección Técnica de Edificios (ITE), realizada en 2023, era «desfavorable» pero, al parecer, la propiedad no habría subsanado las deficiencias detectadas.

El referencia de los bomberos es claro y concluye que el derrumbe de la terraza se produjo por una «doble combinación», por un banda, las obras realizadas sin permiso, y, por otra, por la sobrecarga de uso en la cubierta.

Según el evidencia del encargado del Medusa Beach Club, que pasó dos horas sepultado bajo los escombros hasta ser rescatado, aquella tarde del 23 de mayo llegó un gran categoría de 12 turistas neerlandeses al circunscrito y se les habilitó una mesa holgado en la terraza de la primera planta, para lo que se juntaron y recolocaron varias mesas en la zona foráneo. Esta carga puntual de sobrepeso quebró la capa de contención por un «punzonamiento» del forjado, y la terraza se caldo debajo hasta caer al sótano, ha explicado el dirigente de los bomberos.

La planta sótano, que pertenecía a otro negocio, tenía inmoralidad de bar musical. La planta desprecio -del Medusa- sí disponía de inmoralidad de restaurante. Sin bloqueo, la cubierta no tenía ninguna inmoralidad ni autorización para ocuparla, ni siquiera ninguna solicitud de obras en la zona concreta del derrumbe.

Pese a ello, la primera parte de la cubierta -no la zona del derrumbe- fue reformada en 2013. «Se rellenó con capa de mortero de unos cuatro o cinco centímetros», lo que añadió un sobrepeso a la zona, ha detallado el dirigente de los bomberos. El referencia de Obras constata que no había ninguna solicitud de inmoralidad de obras, y el de Disciplina Urbanística confirma que se abrieron expedientes en 2013, aunque nadie referido a la zona del derrumbe.

Posible causa procesal

«Parece una obviedad, pero no se pueden hacer obras ilegales ni se pueden admitir a lugar actividades prohibidas en locales de pública concurrencia que no tengan inmoralidad de actividad», ha apto el corregidor de la haber balear, que ha trasladado todos los informes a la Policía, y incluso se remitirán al Servicio Fiscal. El consistorio palmesano se personará en la posible causa procesal.

Agentes del Género de Homicidios de la Policía Doméstico procederán a la imputación o detención de los dueños del Medusa Beach Club en las próximas horas. Fuentes próximas al caso sostienen que los propietarios del negocio serán acusados de cuatro delitos de homicidio imprudente y de las graves lesiones de hasta 16 personas que se vieron afectadas. Todo ello, por la vía penal.

De forma paralela incluso está previsto que se declare una batalla entre compañías aseguradoras y la propiedad por el cuota de las millonarias indemnizaciones a las que tendrán que hacer frente.

La zona sigue precintada y se ha llenado de velas y flores en memoria de las víctimas. Amigos de los fallecidos han colgado un cartel en la verja pidiendo ayuda económica para los familiares.

El Junta se hará cargo de la repatriación de los dos ciudadanos senegaleses fallecidos en el circunscrito, Maryame, camarera de 23 abriles que servía copas en la terraza en aquel momento, y Abdoulaye, de 39 abriles, cliente habitual y persona muy querida y condecorada por librar a un bañista abriles antes, que fumaba una shisha en la planta de debajo.

Adicionalmente, el Junta de Palma se ha puesto a disposición del consulado para ofrecer toda la ayuda para repatriar a las dos turistas alemanas que incluso murieron en el derrumbe. De los 16 heridos, ya sólo queda una persona hospitalizada, en planta, aunque su vida no corre peligro.

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