«Se ha hecho justicia, aunque nunca nos devolverá a Yaiza»


La Audiencia de Barcelona ha condenado este miércoles a prisión permanente a la mujer que, en mayo de 2021, mató a su hija de 4 primaveras en Sant Joan Despí (Barcelona) para vengarse de su expareja y padre de la pequeña, Sergio. Tras conocer el error, el progenitor ha apuntando: «Se ha hecho imparcialidad, aunque la imparcialidad nunca nos devolverá a Yaiza». En una carta, remitida a los medios, igualmente ha recordado a su pequeña.

«Hola, polilla. Se acerca tu cumpleaños, pero todavía no he podido pensar qué podríamos hacer este año para celebrarlo. Cumplirías ocho y seguro que ya me leerías tú los cuentos y habrías empezado a multplicar y a dividir. Me hubiera gustado ayudarte. Pronto hará tanto tiempo que no te veo, como los primaveras que pude disfrutar a tu costado. Qué pena que fueran tan pocos, Yaiza», ha apuntando el progenitor.

Y es que su hija, aquel lunes 31 de mayo, cuando su origen la mató, iba a hacer de polilla en una función del colegio. Su disfraz estaba preparado en una arnés del comedor, donde se lo había dejado su abuela. «Durante mucho tempo seguí soñando que un día abriría los fanales y te volvería a ver como si todo hubiera sido una pesadilla. Para no despertar del sueño me pasé meses y meses sin brindar la puerta de tu habitación. Pero todo esto ya lo sabes. Lo hemos hablado en el cementerio cada vez que cambio las flores», prosigue la misiva.

Tras el causa, el padre explica que «las últimas semanas han sido muy duras». «Te tengo que confesar que he dejado un poco de costado la promesa que te hice. Sé que te dije que saldría delante. Y lo volveré a intentar, te lo prometo. Espero que a partir de hoy sea un poco menos difícil, cuando ya sabemos la intrepidez del mediador. Todos en el tribunal han podido ver que eras una pupila maravillosa que se merecía una vida eficaz, como la que tenías antiguamente del 31 de mayo del 2021«.

Sergio ha expresado su agradecimiento al magistrado y igualmente a los integrantes del junta popular, «que acudieron día a día a escuchar una historia de pura maldad, que ha dejado rota a toda una clan: a los abuelos, a los tíos, a los primos, a los amigos, a las profesoras… Y gracias a los testigos: Conchi [la abuela materna], sé que tu vida igualmente se rompió aquel día y te agradezco muchísimo que hayas defendido la memoria de tu nieta. Muchas gracias de corazón igualmente al fiscal y a mis abogados, que han conseguido que las mentiras no tuvieran cabida en la sentencia. Y a mi psicóloga, que se me ha hecho imprescindible durante todo este tempo. Se ha hecho imparcialidad, aunque la imparcialidad nunca nos devolverá a Yaiza. Nunca te olvidaré, polilla», termina.

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