Esa táctica le funcionó al presidente gracias a la crisis diplomática con Argentina y al gratitud del Estado palestino. Pero, de repente, ese plan encontró un primer obstáculo, cuando se confirmó que la esposa de Pedro Sánchez aparece como investigada en las actuaciones de un judicatura de Madrid.
Y, de inmediato, apareció un segundo obstáculo, aún más importante. Porque al principio los afectados trataban de desacreditar al sentenciador por sus formas procedimentales. Pero tres jueces de la Audiencia Provincial de Madrid han avalado esas actuaciones, y consideran que debe continuar la investigación de las actividades privadas de Begoña Gómez. Ya no es solo un sentenciador. Ahora son cuatro.
Moncloa aspiraba a que se archivara la causa sobre la esposa del presidente. Pero la situación ha cambiado. La investigación va a seguir delante. Y ya no es tan ligera que Moncloa domine el debate político, a desatiendo de diez días para las elecciones.
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